Siempre que se habla de Eleonora Wexler vienen a la mente todos sus trabajos de “mala”, como dirían en el barrio. A pesar de tener una mirada angelical, la mayoría de las veces tuvo que hacer de villana y siempre con grandes resultados. Hoy disfruta de un gran presente en Los Vecinos en Guerra, donde se reencontró luego de 20 años con Diego Torres y Hugo Arana, ex compañeros de la recordada La Banda del Golden Rocket.
‑¿Qué balance hacés de Los Vecinos en Guerra?
‑Estoy muy contenta con toda la repercusión que tiene, es un proyecto súper interesante. Vengo a grabar feliz todos los días, no solo por la calidad del trabajo, sino también por mis compañeros que son bárbaros.
‑¿Sos de ver los capítulos?
‑Nunca me gustó verme , porque después que me miro digo: 'Uy, ¿qué hice acá?'. Soy de mirar con mucho detalle mi trabajo (risas).
‑ Y hoy, ¿cómo te ves en pantalla?
‑Mirá, siempre me pasa lo mismo, al principio no me veo bien y me quejo de mí misma, pero con el correr del tiempo el trabajo se va a aceitando y poco a poco me va gustando. Ahora estoy en la etapa de enamoramiento de mi papel (risas).
‑¿Cómo tomás este personaje?
‑Todos los personajes son un desafío, y este particularmente, porque tiene doble vida y doble personalidad. Por suerte trabajando en Underground, que siempre tiene un plus. Si bien trabajé con Pol‑ka, mis últimas cosas las hice con Sebastián Ortega.
‑Tuviste varias escenas que requerían de mucha destreza física, ¿las hiciste todas vos?
‑Algunas las hice yo y otras, sobre todo las de piruetas locas, no… por las dudas (risas).
‑¿Cómo es la relación con Diego Torres?
‑Con Diego trabajamos en la Fundación Huésped, siempre que se puede ayudar es algo espectacular. Además, hace 20 años hicimos La Banda del Golden Rocket, fue toda una emoción volver a juntarnos. Ojo, que Hugo Arana también participó en ese programa, así que fue como un gran reencuentro, porque él hacía de mi papá en la historia. Así que estoy feliz de estar con toda esta gente querida, a la que respeto muchísimo.
‑¿Qué cambió en tu vida durante todos esos años?
‑Todo cambió, soy mamá, tengo una hija de 9 años. Cuando hice eso era una nena, ahora soy una mujer.
‑¿Qué te dice tu hija de tu trabajo?
‑Ahora me está viendo un poco más y me dice 'Mamá que te hicieron en la cara', cuando me maquillan o me hacen cosas raras en el rostro. También vino a ver ciertas escenas de destreza y cuando me vio me dijo que quería hacer lo mismo.
‑¿Te gustaría que sea actriz?
‑Todavía no, es muy chiquita. Sí me encantaría que haga lo que tenga ganas de hacer, mientras que sea feliz.
‑¿Sos de compartir mucho tiempo con ella?
‑No puedo estar siempre, pero en lo posible trato de ser una madre presente. Disfruto mucho de mi hija, me encanta pasear con ella. También la acompaño en su pasión por el deporte, algo que me hace muy feliz también.
‑Hace poco terminaste con el teatro, ¿estás más tranquila con los tiempos?
‑Uf, no te das una idea, porque tuve que hacer casi dos meses de televisión y teatro. Igual no me quejo, estoy muy feliz con mi obra y de a poquito haciendo el duelo luego del final.
‑¿Se siente el cansancio de estar en televisión y teatro?
‑A veces sí lo siento y mucho. Pero lo que me pasa es que cuando me subo a un escenario siento una adrenalina increíble y eso me da una motivación bárbara para hacer lo mejor posible, el teatro es mágico.
‑Cambiando de tema, te tocó hacer de Evita en Historia Clínica, ¿cómo viviste semejante experiencia?
‑Realmente me marcó, me traspasó, yo no tenía tan claro todo lo que significaba Eva. Así que cuando empecé a tener contacto con gente que la conoció y me contó bien su historia, realmente me traspasó el corazón.
‑Muchas actrices siempre soñaron con hacer de Evita, ¿vos también lo tenías como un sueño?
‑No sé si lo tenía, lo que sí me pasó es que si hoy me dicen tenés que hacer a Eva Perón, ni lo dudo. Una vez que transité ese camino de conocimiento sobre la historia de Evita, me pareció una increíble mujer.
La más villana de todas
Sin lugar a dudas que Eleonora siempre fue reconocida por sus papeles de mala. En 2009, recibió el premio Martín Fierro a la mejor actriz de novela por su actuación de villana en la telenovela Valientes, uno de los roles más fuertes que le tocó transitar.
Sin embargo con este papel, una ex delincuente arrepentida, poco a poco intenta dejar de ser la mala de la historia: “Quizás por el momento está bueno despegarse un poco del papel de villano, son desafíos que mi carrera me viene presentando”, sentenció la actriz.
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