El desafío es que sea efímera la novedad, no la trayectoria. Con La voz argentina en su instancia decisiva y con el regreso de Operación triunfo , se renueva el debate sobre el futuro de estos músicos que adquieren inusitada notoriedad en la pantalla chica y que rara vez logran sortear la valla que les impone el salto a la vida del artista. ¿Se acuerdan de Ivonne, Lissa, Valeria, Virginia y Lourdes? Once años atrás ellas surgían del programa Popstars y, con el nombre de Bandana, se convertían en un fenómeno de ventas de discos y de entradas. Lo mismo sucedería luego con Mambrú. Esos productos hechos a medida se apagarían rápidamente y la pregunta "¿Qué será de la vida de...?" pasaría a ser un cliché que aún hoy resuena. Sin embargo, el nuevo Operación... vuelve a apostar y lo hace con el objetivo de encontrar las nuevas Bandana, un grupo de chicas que compita con las boys-band de estos días. Por ejemplo, con One Direction, otra creación de Simon Cowell, el "malo" de American Idol.
Si algo distingue a La voz... es la calidad de los intérpretes. Todos los que han llegado hasta aquí tienen caudal suficiente para construir trayectorias sólidas y fructíferas. Los hay tangueros, melódicos, rockeros, folklóricos y pop; los hay muy buenos y excelentes. El resto dependerá de lo que suceda una vez que El Puma, La Sole, los Miranda! y Axel ya no los elogien por televisión. ¿Esos carteles que anuncian la llegada de clubes de fans se sostendrán en el tiempo? Y lo que es aún más incierto: ¿el público valorará su esfuerzo o serán tildados de productos televisivos carentes de legitimidad.
La Nación