Inés Palombo se está luciendo como Agustina Méndez, la cuarta en discordia de Mi amor, mi amor (a las 23.45, por Telefe). El devenir de la historia, en la tira, ya mostró el intento fallido de convivencia en trío de los protagonistas: Juan, Valeria y Laly. Ahora, Juan (Juan Gil Navarro), fue en busca de su tercer amor, la malvada pero irresistible Agustina.
Empezó siendo “buena” pero, al pasar los capítulos, Palombo volvió a hacer su personaje conocido: el de la villana encubierta que no hace más que confundir a Juan, a sus conocidos, y, de paso, se gana el odio de los televidentes. Las dos ex “medias naranjas” de Juan, o sea Laly (Brenda Gandini) y Vale (Jazmín Stuart), son las únicas que desconfían de Agustina desde el minuto uno. Y razón no les falta: ella fingió un embarazo, engañó a Juan con otro hombre e intentó suicidarse, y ahora, podría ir por el camino de la bondad. ¿Le saldrá bien?
¿Por qué creés que haces siempre de la mala de la película?
Como actriz, piensoo que es más enriquecedor. Tenés que ir a lugares más oscuros de vos mismo que haciendo de buena. Creo que es un papel que no pueden llevar con éxito todos. Para hacer una mala interesante, tenés que tener un nivel actoral más rico.
¿Cómo va a evolucionar la historia entre Agustina y Juan?
Creí que era una posibilidad que Juan, finalmente, se enamorara de verdad, pero terminé siendo la mala, lo cual, para mí, es súper atractivo como actriz. No sé hacia dónde irá mi personaje, yo también me sorprendo capítulo a capítulo.
Palombo no sólo se lució en televisión, sino que tomó una decisión conciente de hacer carrera en el teatro. Por su repertorio pasaron obras como Las brujas de Salem, de Arthur Miller, y Chau Misterix, de Mauricio Kartun. Por segundo año consecutivo enseña teatro en La frontera Teatro, su propia escuela de actuación.
En una entrevista dijiste que “actuar en la tele es algo que puede hacer cualquiera”, ¿seguís pensando así?
Ese título fue bastante subjetivo. Me referí a que prefiero el teatro como experiencia actoral. La televisión, con el ritmo de una tira, puede resultar poco profunda. Un actor de verdad tiene que poder hacer teatro, y hacerlo bien.
¿Cómo fue la devolución del público hacia Agustina?
Por el poco tiempo que tengo al aire, recibí una fuerte aceptación. Desde Twitter -una forma genial de estar en contacto- fue muy rápido. Me encanta que me odien porque esa es la idea.
Con tanto trabajo, ¿lográs mantener tu vida social?
Ahora estoy sola y extremadamente activa. Intento cuidarme y no me descoco mucho. Trato de ver a mis amigos, pero tengo menos tiempo. Cuando el trabajo me lo permite, intento descontrolarme, pero me sale ser muy profesional.
