Son amigas, enemigas, vecinas, compinches, cómplices y dos de ellas hermanas. Los personajes de Eleonora Wexler, Carola Reyna, Jorgelina Aruzzi y Mónica Antonópulos son el alma femenina de Los vecinos en guerra, la tira de Telefe que comenzó en abril.
En los primeros capítulos, la trama fue de comedia con ribetes policiales, con el eje puesto en el pasado de Alex (Mike Amigorena) y Mecha (Wexler), dos estafadores. En el medio está su esposo, Rafa (Diego Torres), que desconoce todo, y la vida de las familias que componen el vecindario. Nora (Aruzzi) y Helen (Reyna) son hermanas y amigas del alma de Mecha. Todo sucede en un barrio de casas pegadas, donde todos se conocen.
Con el tiempo -mandato de rating mediante-, la historia fue cambiando lentamente y el amor ganó espacio en la producción de Underground (Los exitosos Pells,Graduados). Desde la confitería de Telefe, las actrices se refieren a esta tele cambiante, en la que no saben qué les ocurrirá a los personajes en los próximos capítulos.
Van unos 50 capítulos de “Los vecinos en guerra”. ¿Cómo fueron cambiando sus personajes y las relaciones entre estas vecinas?
Wexler : Siento que la esencia no cambió. Sí se modificaron algunas cosas desde lo vincular; al principio todo era más abstracto y ahora comenzó a focalizarse en las relaciones entre los personajes. Mecha, Nora y Helen son muy amigas, y con Mónica, una eterna enamorada de Alex, y comienzan a jugarse roles antagónicos.
Reyna : No hubo tantos cambios. De entrada se planteó que Jorgelina y yo íbamos a ser amigas y hermanas. Son vínculos arraigados desde lo familiar y vecinal. Hasta que llega ella, la nueva (señala a Antonópulos).
Antonópulos : Aprovecho esta nota para denunciar que nunca me dejaron ser parte del grupo de amigas (se ríe). Mi función es investigar al vecindario, a partir del pasado como estafadora de Mecha. Soy una de las pocas que conoce la realidad de su personaje.
También surgieron los papeles antagónicos de las hermanas,..
Reyna : Nosotras ya trabajamos juntas en La niñera. Nuestros roles pueden ser antagónicos por momentos, y en otros funcionan como espejos. Somos dos hermanas que se necesitan muchísimo y se tienen mucha confianza, aunque también hay peleas y celos.
Aruzzi : Claro, son papeles que fuimos jugando y fueron creciendo. Hay mucha rivalidad, pero en la pelea por cosas cotidianas. Eso es muy divertido.
En “Graduados” todo giraba en torno a los ‘80 y la nostalgia por aquellos años. ¿Cuál es para ustedes el gancho de “Los vecinos ...”?
Wexler : En Graduados los recursos más usados fueron el flashback y la identificación con los ‘80. Seguramente, Sebastián (Ortega) no quiso repetirlos.
Los vecinos ... quizá no sea tan popular; quizá es una tira más hermética, pero con historias de amor, y otras que no se terminan de contar y generan expectativas.
Reyna : Acá el gancho es la proximidad, el barrio, los vecinos ...
Aruzzi : El humor es otro punto a favor.
Graduados también lo tenía, pero en otro registro.
Pasaron menos de tres meses desde el estreno y ya hubo bajas, incorporaciones y algunos cambios en el perfil de la historia. ¿Qué les pasa, como actrices, cuando llegan esas modificaciones?
Aruzzi : El trabajo es el trabajo. Por estas cosas sentís que una obra de teatro es más tuya. En la tele, muchas veces entregás tu trabajo a las circunstancias.
Reyna : Me hace acordar a un ejercicio que se hace en el teatro. Vos planteás una charla; llega alguien nuevo que se tiene que sumar a la escena y adaptarse. Luego se va, llega otro y así ... Si no te adaptás a lo que está pasando, perdés. Se está trabajando de otra forma. Antes, hace 15 años, te daban toda la novela escrita. Quizá en el capítulo 150 había un punto de giro en la historia. Ahora todo cambió. Hay una especie de largada, de cosa inicial. Después hay que adaptarse y cambiar. A veces es genial. Y otras veces no.
Antonópulos : En la ficción, como en la vida, se plantean cambios y uno decide qué hacer con eso. Tenías algo planteado, pero resulta que al personaje le suceden otras cosas. Tenés una oportunidad para aprovechar y eso es siempre enriquecedor porque el actor se mantiene vivo.
Wexler : Si uno entra en ese juego lapidario del rating, se pierde el placer, el disfrute del trabajo. Sabemos cómo es la regla y cómo funciona la tele e incluso lo que pasa con el encendido, que es bajo. En la televisión de aire ningún programa supera los 20 puntos, salvo algunas emisiones de Jorge Lanata, que tiene que ver con una situación de coyuntura. Lamentablemente, todo se va modificando de acuerdo al rating.
Reyna : El fucking rating minuto a minuto. El fucking Twitter. Por suerte esta productora es cuidadosa e intenta amortiguar los golpes. Pero la tele es hoy como el fútbol moderno, que se juega muy rápido. Por momentos, tenés ganas de decir:‘¡Dejame tocar un poco con la pelota, loco!’ Pero no se puede: la tenés que pasar.