Nacido en el seno de una familia pobre, hijo de un portero de edificio de lujo, Hernán fue el chico pobre dentro de un grupo de chicos adinerados, de los que aprendió ciertos modos que le permiten en algunas ocasiones comportarse como alguien de clase alta. Hernán siempre tuvo aspiraciones parecidas a las de esos chicos y vio a su padre como un perdedor, le echó la culpa de no haber sido nadie por no haber tenido las agallas de intentarlo, por falta de ambiciones personales.
Es el ex mecánico de la escudería en la que Joaquín y Sergio competían en los años en que fueron corredores.
Ya desde su juventud, Hernán estuvo marcado por su ambición y no siempre encontraba el mejor camino para satisfacerla.
Es un tipo con dos caras, por un lado es simpático, seductor, divertido, siempre dispuesto a las bromas, pero cuando las cosas no salen como deben, Hernán se nubla.
Es de los que creen que a la suerte hay que echarle una mano, puede ser inescrupuloso en este sentido y no medir los daños. Aunque es inteligente y sabe cuándo exponerse y cuándo no hacerlo.
Hernán tiene un hijo llamado Máximo en el que proyecta, le llena la cabeza de sueños y objetivos que él hubiera deseado cumplir, transmitiendo sus envidias y ambiciones.
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