Mica Vázquez transita tiempos de felicidad plena. Es que la joven actriz es parte de dos de los grandes éxitos del momento: por un lado con su papel en Dulce Amor, la novela que ganó el prime time de la pantalla; por otro su reciente incorporación a Los Grimaldi, la obra de Nazarena Vélez que llenó todo en Carlos Paz y que ahora gira por Argentina antes de desembarcar en un teatro de la porteña calle Corrientes (el domingo, la obra está en San Francisco). El lunes termina Dulce Amor, y obviamente la expectativa es gigante. "Estoy feliz y no lo puedo creer. La gente lo está esperando con ansias y nosotros también, aunque viviéndolo con mucha tristeza y melancolía porque a nivel personal fue uno de los proyectos más importantes de mi vida. Cómo lo vivió la gente fue increíble, no puedo creer que termine", dice exultante.
-¿A qué le atribuís semejante éxito?
-Hacía rato que no se hacía una novela así, la gente estaba esperando un culebrón de este estilo. Fueron muchas historias, de amores, desamores, de todas las edades... muy costumbrista y muy real. Se mostraba lo que le pasaba a la gente en la vida real. La gente se enamoró de cada personaje y cada historia tenía su parte especial. Hubo una empatía muy grande entre los personajes y el público.
-¿Qué podés contar del final?
-Victoria Bandi (Carina Zampini) está recuperando la memoria y es un poco lo que la gente esperaba: que ellos dos volviesen a estar juntos. Y sí, se viene un final feliz.
-¿Quedaste conforme con el desarrollo de tu personaje?
-Me encantó, Flor pasó por un montón de etapas, de ser la típica nena caprichosa que quiere que le den todos los gustos a pasar a trabajar, a ser la secretaria del gerente. A rencontrarse con su papá que la había abandonado de muy chiquita... el personaje tuvo un crecimiento muy importante y yo traté de unirlo con la gente, con lo que ellos sentían. Ese se vio en los conflictos de amor adolescentes. Estoy re conforme y agradecida por la oportunidad. A veces aunque uno se esforcé en hacer crecer el personaje si los productores no te dan la posibilidad es muy difícil.
-¿Algún paralelismo con tu vida?
-Con lo que más identificada me siento con respecto al personaje es esto de ser una chica poco racional que se guía por sus instintos. Tengo ganas de hacer algo y voy a fondo con eso, soy muy así. Por ahí no desde el lugar de niña que no le importa nada, como Flor, pero soy de pensar las cosas para ir hasta el final con mis convicciones.
-Se dice que vuelven en 2015. ¿Sabés algo?
-No tengo ni idea, pero ¡ojalá! Todos lo queremos. Con Georgina Barbarrosa (también estamos juntas en Los Grimaldi) hablamos todo el tiempo del deseo de que siga. Deseamos con el alma hacer una segunda temporada.
-En "Los Grimaldi" también hacés de hija de Georgina, una madre doble
-Triple, porque en la vida también es como mi mamá. Estamos mimetizadas y nos amamos. Es increíble hacer en paralelas de madre e hija con dos personalidades absolutamente diferentes. En Los Grimaldi somos reconchetas mientras que en Dulce Amor somos dos chicas de barrio que lucha y pelean por tener un mango.
-¿Cómo viste tu incorporación a "Los Grimaldi"?
-Es un elenco impresionante y súper talentoso. Son muy compañeros y en las giras hay una cuestión de hermandad tremenda. Nazarena es una genia y estoy sumamente agradecida por el lugar que me dio al reemplazar nada menos que a su hija. Igualmente, es sólo un reemplazo, Barbarita va a volver a Los Grimaldi.
-¿Hay posibilidades de hacer temporada de verano en Carlos Paz?
-Me encantaría. Hice una sola vez en Mar del Plata y es una experiencia de grupo genial. Ir al interior donde la gente que no ve a los artistas durante el año es tan pasional.
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