El cocktail no podría ser más explosivo. La noticia puso en jaque todo el mapa televisivo, cambia las reglas del juego, por lo menos tal y como estaban planteadas hasta ahora. Una ruleta en la que se ponen en juego intereses fuertes, que giran alrededor del mismo hombre: Marcelo Tinelli.
El debate de si Tinelli juega acá o allá está planteado desde siempre, y hasta acá la única verdad es que él siempre jugó para él; ni para un lado ni para el otro, para el suyo. El conductor se trata con unos y con otros, se sabe con poder y por eso casi con el mismo carisma con que se lo ve jugar en el aire de su programa, coquetea con los diferentes bandos y maneja los hilos de este otro show, haciendo subir las apuestas a un lado y al otro de la pista. ¿Será esta vez diferente? por lo pronto y aunque no quiera ponerse la camiseta de uno, se puede considerar un gran triunfo que no juegue en el equipo rival.El poder miro siempre con hambre a Tinelli, y en épocas de elecciones ese poder intenta jugar más fuerte. Estos son tiempos políticos importantes y nuevamente se lo puede ver a Tinelli piboteando cerca. Es en él y en ninguna otra parte donde se concentra un poder que a lo largo de los más de 20 años de éxito que lleva en la pantalla chica, siendo el programa más visto de la televisión argentina, aprendió a manejar su filtración en los sectores más altos.
Y a este cocktail no podía faltarle la plata. Todo lo que aquí suceda tendrá mucho dinero de por medio. El pase cuesta mucha plata, el caché una fortuna, la productora decenas de millones y la redistribución de la pauta publicitaria que esto traerá aparejado, un cambio en el negocio de la televisión argentina.
El hombre más importante de la televisión argentina, y probablemente más poderoso de la Argentina, juega fuerte.
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