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11 sept 2012

"Historia Clínica" es un proyecto formidable"

Al frente de "Historia clínica".

Daniel López Rosetti dialogó con Teté Coustarot para el Semanario Democracia. El doctor conducirá junto a Felipe Pigna el nuevo producto televisivo de Underground, que debutará en Mendoza y luego saldrá en todo el país. "Nunca llegás a conocer a una persona como con la historia clínica".

Mientras va quedando todo listo para el estreno de “Historia clínica”, el nuevo producto televisivo deUnderground y Grupo Crónica, el doctor Daniel López Rosetti charló con Teté Coustarot para elSemanario Democracia.

Junto al historiador Felipe Pigna conducirá el ciclo. “Hacemos un dúo bárbaro”, dice al explicar lo bien que se complementan en esta docu-ficción que cambia por completo la manera de abordar la historia. Con la misma didáctica que exhibe en cada una de sus intervenciones en “Telefé noticias”, el prestigioso médico también habló sobre una de sus especialidades: el estrés.

Detalles sorprendentes serán revelados acerca de una de las principales afecciones del siglo XXI. Por ejemplo, que “se trata de una reacción normal del cuerpo y ha adquirido mala prensa porque se cree que es patológico, pero la realidad es que no hay vida sin estrés”. Autor de libros como “El cerebro de Leonardo” (Da Vinci) y ensayos médico-históricos como “El estrés de Jesús”, el doctor López Rosetti se ha transformado en una de las personalidades más interesantes de la medicina de nuestro país.

La jornada de debate que organizó este año en el Hospital Italiano, en la cual se discutieron las posibles causas que derivaron en la muerte de Manuel Belgrano, es una prueba de ello.

–¿Alguien de tu familia se dedicó a la medicina?

–Nadie, soy el primer médico. Desde chico me gustó la biología, la investigación, los microscopios, los tubos de ensayo. También me gustaba mirar los documentales de ciencia. Incluso estudié Química Industrial mientras hacía el colegio secundario, a la noche.

–¿Hubo algo que pasó que te llevara a dedicarte a esto? Es usual que en los caminos se crucen determinadas cosas que marcan nuestras vidas.

–Nunca me propuse hacer un análisis retrospectivo. Lo que ocurrió es que tenía un hermano, Edgardo, que murió por mala praxis médica; quizás haya tenido que ver con eso. Mi madre, particularmente, tuvo muchísima alegría cuando me recibí; eso le pasaría a cualquier madre, pero fue como si la medicina tuviera un rol particular dentro de mi familia.

–Lo que todos observamos es que tenés una gran capacidad didáctica.

–Hoy en día sigo siendo docente. Soy titular de la cátedra de Psicofisiología de la Facultad de Psicología de la Universidad Maimónides. Desde que en el año 78 comencé en la UBA con una ayudantía en la cátedra de Fisiología, nunca dejé de dar clases. También soy director del curso universitario de Medicina del Estrés y Psico-neuro-inmunoendocrinología clínica de la Asociación Médica Argentina. Ahí me toca dar clases dos veces por mes. Me pasa que cuando estoy hablando en “Telefé noticias” me siento muy cómodo, porque para mí es como un consultorio grande.

–Contame del último, “Historia clínica”, con el cual están haciendo un programa de televisión.

–Lo estamos haciendo junto a Felipe Pigna y actores que van a encarnar personajes de la historia que padecieron enfermedades. Con el libro busqué contar, desde otro lado, la historia de grandes personalidades. Nunca llegás a conocer a una persona como con la historia clínica. En ella, además de los elementos básicos, hay cosas muy finas: si la persona tiene proyectos, si es feliz, cómo mensura su calidad de vida, cómo se entretiene y se divierte, etc. Por ejemplo, le preguntamos qué le gusta y contesta ir al cine, pero nos dice que la última película que vio fue “Lo que el viento se llevó”. Eso quiere decir que hace mucho que no hace lo que le gusta. El tema de los proyectos es muy importante; la palabra ya determina la importancia: “proyectar”. Parte del tratamiento es encontrar el proyecto o desarrollar el sano egoísmo para que esté bien y pueda así estar bien con los demás. En una historia clínica hay mucha información y, en unas horas, uno llega a conocer mucho al paciente.

–¿Cómo es la experiencia de volcar eso a un libro y a la televisión?

–Formidable. Tuve el gustazo de tener un prólogo de Felipe, quien también me ayudó en la parte histórica. Aparte hacemos un dúo bárbaro; primero porque somos amigos y nos llevamos muy bien, lo aprecio y lo respeto mucho; segundo porque él no es médico y yo no sé nada de historia, entonces resulta bárbaro. Con el tiempo noto que él empieza a hablar sobre cuestiones de la medicina y yo a tocar de oído algunas cosas de historia. Nos conjugamos muy bien.

–¿Y con el programa?

–Es una serie de 13 capítulos de personajes de la historia en los cuales hay historia clínica. ¿Qué quiere decir? Que sus situaciones de salud influencian en la vida de esa persona y en la de terceros. Uno de los objetivos es determinar qué hubiese implicado en todos los involucrados un cambio en la historia clínica. Por ejemplo, uno de los personajes será Eva Perón. Su madre, Juana, tuvo la misma enfermedad que su hija, solo que se operó a tiempo con el mismo médico que la operó a Eva, y sobrevivió. Si la historia clínica de Eva Perón hubiese sido otra, casi con seguridad la historia argentina, en un sentido o en otro, hubiese sido distinta. Si San Martín no hubiese superado sus enfermedades no habría podido libertar Chile. Otro caso es el de Belgrano, que murió a los 50 años por una enfermedad de la que hoy no moriría…

–¿De qué murió?

–Muy probablemente por una insuficiencia cardíaca provocada por enfermedad de válvula mitral. Con Felipe hicimos algo muy interesante, que debe ser la primera vez que se hizo en el país: en medicina se hace lo que se llama “Ateneo anátomo-clínico”, que consiste en presentar el caso clínico de un paciente a todos los colegas de un hospital. Se comparten todos los detalles y los estudios para que después todos opinen qué enfermedad tiene y, si murió, de qué. Este año presentamos un ateneo anátomo-clínico de Manuel Belgrano en el Hospital Italiano. La presentación duró 25 minutos y la hicimos junto con Felipe; mientras yo detallaba los síntomas, él daba un contexto histórico. Cuando terminamos de hablar todos comenzaron a discutir patologías; era tal el grado de humanidad, porque hablamos de enfermedades en tiempos del éxodo jujeño, fue tan linda la instancia, que en un momento se me acerca el jefe de hemodinamia y me dice: “Daniel, esto es hermoso”. Después llegamos a una especulación aún mayor: cómo interpretábamos los síntomas que describían sus médicos, las cartas a San Martín donde revelaba que padecía edemas que le dificultaban la respiración; que utilizaba almohadas para estar derecho y poder respirar, pero que sí podía andar a caballo; cuánto se le hinchaban las piernas. A partir de eso determinamos cómo sería una radiografía de tórax de Belgrano con su edema agudo de pulmón y un electrocardiograma en esas condiciones. En un momento teníamos la foto de esos estudios.

–Primero debuta en Mendoza el programa, ¿no?

–Primero allá y después seguramente se pase en todo el país. Hay algunos personajes que van a estar y que no figuran en el libro, como Tita Merello, Horacio Quiroga, Alfonsina Storni.

–Alfonsina tenía cáncer; yo tuve la posibilidad de entrevistar al hijo, docente. Lo que dice es que el famoso poema “Si llama él dile que no estoy” era para él, porque su madre quería protegerlo.

–Claro, por eso no le dijo nada cuando lo dejó en la estación de Constitución y se despidió. Tenía cáncer de pecho y fue operada con malos resultados. Es interesante meterse de esa manera en una historia. Lo artístico de este caso se expresa en la imagen de ella caminando e internándose en el agua, por eso esa estatua frente al mar en Mar del Plata. Desde el punto de vista formal eso es casi imposible; se debe haber tirado, cayo y murió. Pero si nos ponemos a ver los antecedentes, por ejemplo, el hecho de llegar sola y embarazada a Buenos Aires en una época difícil para la mujer, las cirugías, el no querer tratarse más. Ese proceso, que duró aproximadamente dos años, revierte la verdad formal: es verdad que Alfonsina se internó en el mar y murió, pero la caminata empezó mucho antes.

–¿Quién interpretará a Alfonsina?

–Cecilia Dopazo. Otro que me gustó mucho fue Marcelo Mazzarello en el papel de Discépolo. Con él hay historia clínica porque sufre una de muerte súbita. Si uno busca por qué muere, todos los artistas te dicen que fue de tristeza. La realidad es que la mayor cantidad de las muertes súbitas, es decir, sin causas previas o aparentes, se dan por infarto del miocardio. Esa patología tiene que ver con la emoción, por lo que entra en juego la psiconeuro- inmuno-endocrinología; esto da la pauta de que a lo mejor sí murió de tristeza. Y si te metés en la historia, como con Alfonsina, vas a ver que sus enemigos compraban todas las entradas del teatro para que estuviera vacío. El, a su vez, era un amor de persona; en un momento del guión dice: “Enemigos por qué, si yo quiero a todo el mundo: a los que me quieren, a los que no me quieren, quiero a la guía telefónica entera”.

Diario Show

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