Nuestra tele avanza desde hace un tiempo sin mapa de ruta, guiándose por unas pequeñas cosas que fueron las que lograron prender en el público y a las que se exprimirá hasta sacarles el máximo jugo posible. Las producciones intentan no dejar pasar esos hallazgos.
En el último tiempo en la tele se pone mucho en juego, pero de eso funciona “poco”. A base de prueba y error, lo que funciona gana en permanencia y horarios estelares, mientras que las ideas y formatos originales se desvirtúan, poniéndose al servicio de eso que sí da resultado.
Ayer se anunció que en febrero llegarán las finales de el Soñando por cantar, el ciclo que condujo Mariano Iúdica en 2012 y que saltó de las 7 de la tarde al prime time, siendo el principal responsable de mantener los números altos hasta la llegada de ShowMatch, superando todas las expectativas, logrando más emisiones y ganándose un lugar en 2013. Otro claro ejemplo sucede en América, Antes que sea tarde probó y volvió a probar secciones hasta dar con “Lo sabe, no lo sabe”, el juego que primero fue una sección y ahora se quedó con todo el programa.
Inclusive ficciones como Sos mi hombre, debieron extender la permanencia de personajes como “El turco” Nasif (Joaquín Furriel) pensado en un principio por 50 capítulos. Hasta Graduados, el gran éxito del 2012 se sorprendió con los buenos resultados que le dieron a la tira los flashbacks en el tiempo, pensados sólo para las primeras semanas, y que finalmente se convirtieron no sólo en una marca registrada de la tira, sino que ayudaron a instalar esta “nostalgia” que a base de remakes y repeticiones, signa también el 2013.
Hay sequía de ideas y las sorpresas no abundan, por eso a lo poco que mueve la aguja se lo exprime hasta la última gota. Una tendencia que finalmente, da cuenta de una tele con el rumbo mareado.
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