El personaje de Leticia Brédice en El elegido marcó un estilo y sentó precedente en la tele. Este año papeles muy al estilo de Verónica San Martín (Bredice), se destacan en las distintas ficciones y cautivan a partir de sus patologías
El año pasado el personaje de Bredice logró traer a la tele un personaje bipolar, que cosechó sus propios fanáticos a partir de escenas y frases a partir de las que ella sola se convirtió en uno de los puntos más fuertes de la tira.
Este año, aunque Verónica ya no está en pantalla, en las distintas ficciones al aire, se ve la influencia y la incorporación a las diferentes producciones de personajes con intrincados mundos internos, que rozan la locura y que en muchos casos logran sacar la mejor parte de los actores que los interpretan.
En Sos mi hombre Gimena Accardi es Brenda, una chica con varias caras, que utiliza sus encantos para manipular a los hombres y que detrás de una apariencia de chica simple y sin dobles intenciones, esconde una parte un tanto más oscura. El personaje marcó un quiebre en lo que venía haciendo la actriz, que con Brenda explora nuevos matices.
Gaby (Laura Novoa) y Elena (María Valenzuela) son las que aportan el toque psiquiátrico a Dulce amor, una desde un personaje calculador dispuesto a todo para obtener lo que quiere, sea el amor de Julián (Dathés) o estar cerca de su hijo, al que muchas veces usa para conseguir sus fines. La otra, Elena, a partir de sus fantasmas del pasado presenta a una mujer solitaria, que se muestra fuerte para afuera, pero lucha constantemente contra ella misma cuando está sola.
Claudia Lapacó es Teresa, un personaje que ya en su primera aparición en La dueña supimos que se había escapado de una clínica y que transita el unitario en un constante ir y venir en el que no se sabe si está realmente loca, si lo simula cuando le conviene o ambas.
Tiempos compulsivos tiene tres mujeres que con diferentes patologías fueron parte de la terapia de grupo que dirige el Dr.Buso (Fernán Mirás). Teresa (Gloria Carrá) es una de las pacientes más activas y con un trastorno de identidad, personalidades múltiples, es uno de los personajes más ricos de la tira y de las psiquiátricas mejor logradas de la tele. Sofía (Pilar Gamboa) es una paciente con mucho sufrimiento adentro, el que exterioriza a través de cortes en su cuerpo. Inés (Carla Peterson) es una obsesiva del orden y la pulcritud , esa es su compulsión, la que decantó en problemas alimenticios primero y posteriormente en su suicidio.
Isabel Macerdo en Graduados, con su doble papel de Jimena y de Patricia, también sufre las consecuencias de un trauma de la adolesencia que la marcó de por vida. Entre los sentimientos de venganza y de ser reconocida con su nueva apariencia, ella aún en el presente continúa sufriendo las heridas del pasado, que la hacen mentir y muchas veces idear planes maquiavélicos para salirse con la suya.
Estas son las herederas, las que siguieron los pasos de una Verónica San Martín que trajo a la tele un modelo de personaje que continúa teniendo sus secuelas y dándole a las producciones un toque de locura que se volvió necesario en la TV.
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