Sin embargo, no todo es felicidad en su vida. Alejandro lucha con una constante depresión desde muy joven, que a los 21 años hasta lo llevó a intentar suicidarse.
A sólo 5 meses de su operación definitiva de reasignación de sexo (en la tercera intervención se le colocará una prótesis peneana y dos tubos para permitir su erección), Alejandro no pasa por un buen momento y se confesó con Ciudad.com.
-¿Cómo estás?
-Con medicación psiquiátrica, porque estoy con una depresión grande. Salí del postquirúrgico y en medio de todo eso, mi novia Micaela (19) me dejó, eso me hizo mierda. Me dejó mal, terminé con una depresión muy grande.
-¿Estás en tratamiento psicológico, recibís alguna contención?
-Sí, los lunes estoy yendo a terapia al Hospital Gutiérrez de La Plata. Ahí es donde me realizo las operaciones, el tema es que no me alcanza con una vez por semana y después tengo que pilotearla solo.
-¿Cómo se desencadenó la ruptura con tu novia?
-Me dejó sin todo su apoyo, ella era un soporte muy grande. Tiene todos amigos de su edad y no los veía, yo era como muy absorbente. Ahora se empezó a ver de vuelta y no existo. La acompañé muchísimas veces, ella era una chica con problemas de autoestima. Entre todas la elegí a ella. Estoy mal porque ahora tendría que estar yendo a los programas con mi novia y contando lo bien que salió todo porque la operación quedó de maravillas.
-Varias veces has contado que Micaela estuvo a tu lado en muchos momentos difíciles...
-Sí, fue una mina que me acompañó mucho y me sorprendió porque ahora no me quiere atender el teléfono. Cuando me dejó, hace alrededor de un mes, estaba con la herida abierta en la cama, no me podía levantar. Caí internado en el hospital de San Isidro, como cuatro días o una semana, ya no me acuerdo, ni sé qué día es hoy... Me internaron porque tuve una crisis de nervios porque ella no me quería ver. Estuve mal. Lo único que le pedía era que me atienda para poder dormirme, y ella no quería, eso me lo decía por mensajes. Ahora encontró un grupo de amigos que no favorece la relación conmigo y una de sus amigas, Gigi, me dijo de todo, que yo era un 'engendro de la naturaleza', que tenía que morirme y nacer de nuevo, y también me mandó una foto de Micaela con otro chico. Tuve ataques de pánico y de llanto. Es terrible haber sufrido el abandono de una persona que amaba con toda mi alma. Además, quiero muchísimo a su familia y lamento perderlos.
-¿Pudiste hablar con alguien de su familia?
-Sí, me fueron a ver en el posoperatorio. El papá, que es un tipo que casi no habla, me dijo que no perdí la guerra, sino una batalla. Eso para mí fue como hablar con Dios.
-¿Y tu familia qué dice?
-Tengo todo el apoyo de mi familia, van de acá para allá.Luz (ex compañera en Gran Hermano) también, me llamó para grabar como extra en la película de Olmedo, así que hice eso, pero me cuesta mucho todo. Mi casa está en las mismas condiciones que antes, es decir, con el baño sin terminar. Es un estrés tan grande que a veces no te deja ver lo bueno. Ahora, por ejemplo, me levanto y no me puedo ni siquiera pegar un baño. Yo vivo en Avellaneda y el Gobierno de la Provincia me había prometido ayudarme con lo del baño y la casa. Vinieron a verme y hasta me dijeron "no podés vivir acá, esto un foco de infección". Necesito que se destrabe eso y me puedan ayudar. La gente ya está, hace falta la plata para los materiales.
-¿Cómo te mantenés ocupado, qué hacés durante el día?
-Estoy en la Fundación Buenos Aires SIDA, que impulsa políticas de inclusión laboral en toda la provincia. Justamente, necesito que mi jefe me llame y mantenerme ocupado.
-Por otro lado, ¿cómo venís con el tema de la operación que te resta para completar la reasignación de sexo?
-Me tiene muy feliz lo de las operaciones, aunque su vez tengo esta depresión por estar solo. Me queda colocar la prótesis en octubre y estoy tratando de ponerme bien, de ánimo y bien preparado síquicamente y físicamente. Para eso tengo que continuar el tratamiento psicológico y psiquiátrico, que tendría que haber empezado antes de la primera operación y continuado. Ahora no lo voy a dejar.
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