Empezó la temporada televisiva 2012 en la segunda entrega de Los únicos. Pero ni la serie ni él duraron demasiado en el aire, y de repente cambió de piel para convertirse en Augusto, revelación de 2012 en Graduados.
Fue curioso cómo se dieron las cosas: él era televidente del programa, y de golpe tuvo que ponerse a trabajar con aquellos que veía en la pantalla a diario, encantado con la historia de losGraduados que se convertiría en el gran éxito de la temporada.
Ahora, el mendocino Marco Antonio Caponi reincidirá en el aire, ya que desde esta noche será uno de los personajes centrales de Los vecinos en guerra, la nueva comedia producida por Sebastián Ortega que ocupará la pantalla de Teleocho de lunes a viernes a las 21.30.
Como un extenista muy bien pagado de sí mismo y con debilidad por las mujeres, Fernando Crespo será el hermano de Rafael (Diego Torres) y demostrará cuáles son sus dotes de don Juan.
“Me sorprende cuando hago algo y termino siendo espectador de lo que hago”, dice Marco Antonio, que se prepara para el debut de esta noche con mucha expectativa, porque está seguro de que la serie va a enganchar con la propuesta... y con los delirios que se vienen. “Está buenísimo que se arme ese delirio, pero contando una historia que está muy armada, con toda una estética, una producción, un vestuario, una dirección bien precisas”.
Distendido, este joven que este año cumple 30 es una de las jóvenes promesas, que se recibió de famoso en la última temporada pero que viene con una carrera de pasos muy firmes. “Lo de la fama me extraña. Es raro, porque se modifica todo, porque de repente te sentís más observado que antes. Cansa el hecho de que por momentos te sientas un objeto, que tenés que estar a disposición del otro en el momento en que el otro quiera. Yo soy de decir que no, muchas veces, con todo el respeto del mundo. No quiero sentir que no lo quiero hacer más, pero sí cuidar el espacio”, explica el actor que reconoce que para mantener el equilibrio hace terapia, mucha meditación y se toma buen tiempo para él.
“Cuando me voy de vacaciones trato de ir a lugares donde no me pueda conectar, para poder conocerme yo. Estar todo el tiempo en la mirada del otro hace que uno no se pueda mirar. Porque esta profesión hace que todo el tiempo estés viendo lo que ve el otro de vos. Hay que respirar, porque te podés desequilibrar. No podés disfrutar lo que tenés que disfrutar”.
Cómo hacer la diferencia entre Fernando Crespo, de Los vecinos..., y Augusto Giribone, de Graduados, no es una tarea sencilla, pero asegura estar encaminado. “A veces uno tiene miedo de ser encasillado en un rol. Después de tener la posibilidad de haber jugado como jugué, de haberla pasado muy bien, haber hecho una tira diaria que es muy sacrificada aunque desde afuera parezca fácil, al principio dije que me iba a tomar el año para analizar lo que venía sucediendo. Al principio ni quería que me cuenten la historia, no quería escuchar”.
Pero escuchó, el argumento, los nombres del elenco, los directores detrás de la serie, y su personaje. Y dijo que sí. “Si puedo aprender en estos lugares, qué mejor”, confiesa. Marco cree que si hubiese sido el productor, tampoco habría repetido una segunda temporada de Graduados. “Es difícil en una tira diaria seguir dando ideas, generando esa cosa nueva día tras día, porque en un punto se empieza a bajar la calidad. ¿Para qué? Si se puede hacer otra cosa nueva. Si funciona, que va a funcionar, la satisfacción será el doble”.
–¿Creés que el año pasado te adaptaste a un personaje y ahora te lo escribieron para vos?
–Me conocieron trabajando, hicimos algo que funcionó, que sirvió. Es difícil dar una identidad a un personaje. Hay momentos en que nos encontramos con similitudes, pero los guionistas se dan cuenta, antes que uno, y vamos buscando otro horizonte. El tema es que tenés a flor de piel lo que hiciste. Al principio me sentí tratando de hacer menos para no caer en lo otro, prefería arriesgar por un lugar diferente. Y nació otro personaje, otra historia, como queríamos.
–¿Hace cinco años te veías donde estás ahora o este éxito te sorprende?
–Siempre soñé con que esto me iba a suceder, pero no así. Soy un defensor de amar lo que se hace, más allá de ganar plata o de que sea un trabajo. Cuando millones de personas se pueden sentar a ver lo que estás haciendo, hay que transmitir algo. Es una responsabilidad.
El reencuentro
Eleonora Wexler es la protagonista femenina de Los vecinos en guerra, la serie que comienza esta noche a las 21.30 por Teleocho. Ella, además del desafío de una tira diaria con la responsabilidad de competir con el tanque de El Doce, Solamente vos, se reencontrará con algunos colegas con los que ya había trabajado hace mucho tiempo. “Con Diego (Torres) trabajamos hace 20 años en La banda del Golden Rockett; con Hugo Arana también, que era mi papá. En esta serie hay mucha gente querida, que respeto, que me encanta como trabajan. Además del elenco y de la historia”.
En la tira, Eleonora es clave, porque es ella el detonante de todo lo que ocurrirá, al menos en los primeros episodios. “Todos los personajes tiene una doble personalidad, una doble vida”, dice, pero el de “Mecha” es singular. “Aparece una vida que llevé a los 20, pero ahora tiene otra distinta, con una familia, armada, feliz, con tres hijos, felizmente casada. Esa vida se desarma y aparece la del pasado. ¿Qué hace Mercedes cuando aparece ese amor de su vida que ella creía que había muerto 20 años atrás?”, se pregunta.
En un paralelismo entre la actriz y el personaje, ella lleva una cuenta rápida de qué pasaron en dos décadas. “Cambió de todo. Ahora soy mamá, tengo una hija de nueve, soy una mujer. Antes era una nena”, describe.
Diego Torres, en tanto, asegura que era un momento de parar un poco. “Necesitaba en mi vida un poco de rutina, después de tanto viaje, tanto bolso, tanto aeropuerto”, explica mientras confiesa que él y su esposa están “alucinados con los primeros pasos que vivimos como padres”. Después de 20 años sin protagonizar nada en la televisión, Torres dejará por un momento sus intensas giras como cantante para este desafío.
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