Un programa de humor que de a poco fue haciéndose cada vez más grande, en donde los brazos están fuertes de haber remado tanto y la química entre sus protagonistas, Diego Korol, Yayo Guridi, Pichu Straneo y Pachu Peña, es tan evidente que traspasa la pantalla de televisión e invade las redes sociales. Se trata de Sin codificar, que después de cinco años en América da el gran salto y se pasa de canal, buscando conquistar al público de Telefe a partir de este domingo a las 14, y con el nombre completo de Peligro, sin codificar.
“¿Esperamos a que venga José Carlos?”, pregunta Pichu y aclara que se refiere a Yayo. “Nosotros le decimos así para diferenciarnos del resto”, asegura y acompaña la frase con un guiño cómplice a Korol. Hace diez minutos que los dos llegaron al lugar acordado para la entrevista, un bar de Palermo ubicado frente a la radio donde Diego tiene un programa (ver De a uno...), y confirman lo obvio: las bromas no van a faltar.
Hablando de faltas, quien va a estar ausente en la cita, pero con aviso, es Pachu, que se encuentra de vacaciones. “Es un personaje único, generoso y divertido. Hay veces que te mira con cara de que no tiene ganas de hacer nada y de golpe arranca con todo”, cuenta Korol sobre Peña. Y así, la charla comienza, mientras Yayo, perdido a bordo de su auto, trata de ubicar el lugar.
¿Cómo se preparan para la vuelta del programa, pero está vez a las ligas mayores?
Pichu : Nos preparamos con la mayor alegría. Sabemos que es un desafío más grande estar en Telefe. Igual, la mayoría de nosotros somos hijos de ese canal. Es nuestra casa, literalmente en mi caso, porque yo dormía en los camarines.
Diego : Es volver al lugar donde nos conocimos todos. Es volver a casa, esperemos estar a la altura de las circunstancias. A América le agradecemos la posibilidad de darnos el lugar y de bancarnos.
Sin codificar empezó en 2008 como un programa deportivo, pero de a poco el humor fue ganando terreno hasta apoderarse de todo el ciclo. No cuesta imaginarse el por qué, pues los cuatro son ex integrantes del plantel cómico de Videomatch. Y es este dato el que les hace afirmar que el pase de canal es una “vuelta a casa”, pero esta vez por la puerta grande.
“Ahí llegó Yayo”, dice Korol y entra por la puerta un hombre de unos 70 años. “Está un poco desmejorado”, agrega sonriendo. Mientras Pichu le festeja el chiste, una moza deja una picada y gaseosas. Nunca más oportuno, llega “José Carlos” y, después de saludar, suma su opinión: “Es como que uno no cayó todavía. Además, es la oportunidad que todo el mundo desea, volver con un proyecto propio a un canal importante”.
Si la apuesta es grande, el riesgo también es mayor. ¿Sienten esa presión?
Diego : No lo sentimos como presión, aunque sabemos que la lupa es más grande y que por ahí la crítica va a ser más severa.
¿Qué va a cambiar y qué queda igual?
Diego : En el arranque teníamos la sensación de hacer todo nuevo, pero si lo haces así alguno te va a plantear que te faltan los personajes clásicos. Por eso, nos tenemos que plantear un mix. Hay cosas nuevas, sin dejar de lado nuestros comienzos. El humor va a ser el mismo. Aunque espero que Pichu mejore y no haga los chistes que hizo cuando llegó.
Pichu sonríe y tentado aclara que lo que hacen es “un humor alocado con mucha improvisación”.
“¿Cosas nuevas?”, repregunta Yayo, y sin dudarlo mucho adelanta que “va a haber una novela, porque nosotros también hacemos ficción”. “Se va a llamar el ‘Outlet del amor’”, acota Korol, y Guridi continúa explicando entusiasmado que “el tema es que los actores vienen con algunos problemitas. Uno no puede actuar sin mirar el guión, el otro no deja de mirar a cámara, uno se olvida todos los nombres propios... Después van a estar los 'Cazadores urbanos’, que no van a la selva, vienen a cazar a la ciudad. Por ejemplo: con una bazuca te cazan un windsurfista o te arponean un juez de línea en pleno partido de fútbol”. Las carcajadas de los tres reflejan lo bien que la pasan juntos y delatan la innegable complicidad.
¿Son amigos además de compañeros de trabajo?
Yayo : Sin llegar a ser amigos es como que somos amigos. Uno sabe que puede confiar en cualquier momento en cualquiera del grupo. No hace falta que te interne con mis problemas personales, que llegado el caso está el colchón para hacerlo.
Pichu : Nos respetamos mucho entre nosotros.
Yayo : Ese es un gran secreto. Nadie se cree dueño.
Estos cuatro hombres parecen tener el trabajo ideal y, como confesaron, “hay veces que no pensamos en divertir a la gente, sino en divertirnos nosotros”.
En América promediaban los 4,5 puntos de rating, según Ibope, pero en Facebook tienen casi 3 millones de fans. “Si te ponés a pensar, equivale como a 30 puntos de rating”; remarca Yayo. “Hay muchos que no ven tele y lo ven por Internet -explica Diego-. Los lunes se hablaba sólo de fútbol, ahora comentan: ‘Viste, lo que hicieron...’ y se pasan los videos”.
No tenían una súper producción, por lo que el protagonismo caía en ustedes.
Yayo : Si le ponés mucha plata a este programa, en una de esas lo arruinás. Ha nacido medio guachito, de la necesidad de arreglarnos con las dos pelucas y los tres bigotes que tenemos. Apuntamos a un crecimiento sin perder la esencia. Por ejemplo, el fan de Toy Story que hace Miguel (Granados, hijo de Pablo Granados) termina charlando en inglés con los tipos que manejan Pixar. Eso le da un vuelo de aquellos al programa sin perder la esencia.
Ansiosos por el debut, subrayan que el principal logro de Sin codificar es “reunir a la familia”. Con miedo de pecar de pretensioso Yayo remata: “Si Telefe nos dio el OK es porque algo bien hicimos en estos últimos años, de tanto tirar tiros, uno embocamos”.
Dicen que la risa cura el alma, así que, a reservar turno para los domingos porque estos doctores del humor -con título después de este gran salto- vuelven con recetas para toda la familia.
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