Lo cierto es que la feliz pareja partió el pasado 12 de marzo y el lugar elegido para descansar fue Pucallpa, una ciudad de la parte centro-oriental del Perú que entre sus mayores atractivos cuenta con el turismo ecológico y el místico, en el que los visitantes se acercan con el objetivo de contactarse con los chamanes y experimentar los rituales de la ayahuasca.
La joven rosarina no sólo se maravilló al ver los mágicos paisajes que conoció recorriendo la selva peruana, sino que además descubrió cosas que no había visto en viajes anteriores, como por ejemplo un sistema de saunas naturales.
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