“Dejar de luchar fue comenzar a morir en vida. El final fue abrupto. Desembarcó Tomás Yankelevich, no le interesó el programa y lo levantó. Dejé de respirar. Antes teníamos un show todas las semanas y ahora lucho una vez por mes, con suerte. Y no soy actor, soy luchador y quiero morir arriba de un ring", aseguró el ex sodero a la revista Semanario.
Ahora, alejado del público infantil, Viloni se dedica a una rama laboral bien diferente. Desde hace cuatro años, el hombre de los cabellos largos tiene su emprendimiento Gallito & Cia, una peluquería que abrió junto a su amigo Gustavo Gallo, en el barrio de Montecastro.
“Yo era su sodero en Lugano. Existía la posibilidad de abrir un gimnasio, pero yo hubiese tenido que estar todo el tiempo. Acá, él está más a cargo por su profesión y yo puedo seguir entrenando, luchando, haciendo presencia en cumpleaños o visitando a nenes enfermos. Igual, la idea de la escuelita de lucha está”, contó Vicente.
En la peluquería, ubicada en Alvarez Jonte y Bermúdez, Vilono se encarga de atender el teléfono, tomar turnos y jugar con los niños, fieles seguidores. “Antes barría, pero ahora no me dejan hacerlo más. Mi socio dice que queda feo que me vean haciendo eso”, explicó el luchador de catch.
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