Pero pocas veces Quique Estevanez mostró sensibilidad hacia una ficción como le pasa hoy con “Dulce amor”. “Será porque es un éxito grande y no esperé tanto y además, porque es un éxito familiar, con mi hijo(Sebastián), mi hija (Sol), mi otro hijo (Diego, en la producción) y mi sobrino (Hernán, el Terco), comenta.
“Me siento a ver estos últimos capítulos y se me mezclan muchos sentimientos, alegría, angustia y una sensación rara de tristeza, de pensar que se terminó un ciclo”, dice Estevanez con dejo de emoción.
“La verdad”, cuenta, “me pregunto si se volverá a dar, si me volverá a pasar?, pero tambien lo disfruto como un premio, sé que me rodée de los mejores y les agradezco el resultado”, agrega Quique.
La idea de llevar “Dulce amor” a la noche fue de Tomás Yankelevich. Una jugada de gol para Telefe, para una novela que duró 16 meses y que tendrá un final soñado con su público, fervoroso, alentado por las redes sociales; que copará la calle Corrientes al 800 el lunes a la noche, cuando dentro y fuera del Rex los fans de “Marcoria” y de todos los personajes, sufran juntos hasta la ultima escena.
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