Hay ejemplos para todos los gustos en el cine, la literatura y la televisión. Allí están los capítulos de El Chavo, con los eternos conflictos en la vecindad más entrañable de la televisión hispana. El brillante documental cubanoVecinos, de Enrique Colina, que muestra los entretelones del Concejo de Vecinos donde se discuten las normas de convivencia en la isla. O el tango de Marcos Larrosa y José Canet que relata: “De pronto se escucha el rumor de una orquesta, es que están de fiesta los cosos de al lao”.
Ahora, en un barrio cerrado de Pilar, hay una veintena de personas que preparan el lugar para que parezca una calle cualquiera. Para eso, le agregan cosas que un country no tiene: veredas, semáforos, quioscos de diarios, señalización de tránsito en las calles y extras usando el espacio público. En una de esas casas, vivirán los Crespo -la familia de Diego Torres- y al frente llegará la de Mike Amigorena. Las grabaciones de Vecinos en guerra comenzaron hace un par de semanas, pero éstas son las primeras tomas en el vecindario. El programa comenzará el mes próximo en el horario central de Telefe, o sea el que ocupó durante 2012 la exitosísima Graduados.
De una de las casas sale Carlos Portaluppi vestido en pijama y con lentes de sol. En la escena, parece sorprendido porque uno de sus vecinos abandona el barrio. Aparecen Jorgelina Aruzzi, Mirta Busnelli, Hugo Arana y Carola Reyna. El director, Miguel Colom (ex Graduados, como muchos en este equipo), pide repetir la escena. De una combi que hace las veces de estudio sale el productor, Sebastián Ortega, con su uniforme de trabajo: jogging hiphopero, zapatillas y remera. Habla con el director. Se repite la escena una y otra vez. Con bolso en mano, pasa Diego Torres, que tiene que grabar las escenas en un rato, junto a su esposa en la ficción, Eleonora Wexler. Se reencuentran después de algunos lustros, cuando compartieron set en La banda del Golden Rocket.
“ Vecinos... es una comedia para todo público, en la que se cuenta la historia de estas familias y las relaciones que tienen entre sí. Cada una, puertas adentro, tiene una historia y para el afuera cuentan otra. Por un hecho circunstancial, una de las parejas de vecinos se va del barrio y llega una nueva, que es la familia del personaje de Mike Amigorena. A partir de eso comienzan a aparecer algunas cuestiones misteriosas porque ellos saben cosas de mi pasado. Ese es el punto de partida de la trama”, cuenta Wexler.
La actriz está sentada en el living de la casa de un vecino del country. Está tan excitado y feliz por la llegada de la tele a su barrio que ofrece las instalaciones para la entrevista. Su personaje es pareja de Diego Torres -la familia Crespo- y una madre ejemplar, con un pasado que querrá ocultar. “Soy una madre de familia con tres hijos que no trabaja y está felizmente casada. Cuando llegan los vecinos, todo cambiará. En casa también vive mi suegra (Mirta Busnelli) y luego se suma un primo de Rafael, el personaje de Diego Torres”.
Al rato comienza a grabarse otra escena. Hugo Arana descansa sentado en una de esas cajas rígidas de los técnicos y habla con ellos. Rafael (Diego Torres) le recrimina a Coco (Portaluppi) porque su hija -que había salido con su nene- volvió tarde. Se repite una vez. Y otra. La repetición debe ser el infierno de las tiras. En una de esos cortes, Diego Torres cuenta sobre su vuelta a la actuación y sobre la insistencia de Sebastián Ortega, el titular de Underground -productora junto a Endemol y Telefe-, de tenerlo en una de sus tiras.
“Estoy viviendo todo esto con gran ilusión. Le decía a un amigo que me siento como si tuviera 20 años de nuevo. Yo empecé como actor de una serie y después me pasaron muchas cosas en el ámbito musical. Cuando volví, me reencontré con los libros de la historia y con el personaje al que quería ponerle mi impronta. Fue un gran déjà vu . Estoy feliz, con muchas ganas y viviendo todo con gran intensidad. Además, me encanta la idea de trabajar con Sebastián, que ya me había convocado en otras dos oportunidades”, dijo.
Diego/Rafael graba una de las escenas. Está con traje plomo, maletín y lentes de sol. Le dice algo a Wexler al oído. Los dos se ríen y ya todos se quieren ir. “Mi Rafa y el personaje de Eleonora son una pareja que se quiere mucho. Siguen funcionando después de tantos años porque se aman, se quieren, se tocan... Pero en un momento comienzan a mentirse para cuidarse el uno al otro. Y esas mentiras tiran basura debajo de la alfombra. Ahí comienza la historia”.
Después los dos hablan del vecindario como un escenario rico para las historias. “Yo vivo en un barrio. Mi vecina Rosa me presta sal cuando me falta, y yo le riego las plantas si ella sale. Hay una cosa de mucha comunidad. En esta historia, son vecinos que se hicieron amigos por cercanía, por edad y por afinidad”, analiza Wexler. “Todos somos vecinos de alguien -agrega Torres- ya sea en una casa, un departamento o una casaquinta. Hay algunos con los que te llevás bien y otros con los que no, o que no tenés mucha relación. Esta historia será de vecinos que se cruzan, se ven, crían a los hijos juntos y se juntan a comer un asado. A través de los años generan una gran amistad. Por eso creen saber absolutamente todo del otro”.
Ya la grabación está por terminar. Mike Amigorena -ausente a la tarde- tiene algunas escenas nocturnas. Todos los demás se están yendo. El vecino del country salió a tomar mate para chusmear las últimas tomas que están en marcha. No puede creer que los de la tele estén en su barrio.
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