La duda más grande del conductor no tiene que ver con el dinero, que lo tendrá; con las horas de aire para su productora, que las tendrá; con el proyecto de programa que tiene para Showmatch este año, será libre de hacer lo que quiere. El temor más grande de Marcelo Tinelli hoy tiene que ver con que su pase televisivo sea visto como una movida política, en lugar de -cómo él preferiría- “Un hecho televisivo motivado por cuestiones artísticas”.Que Tinelli estaba incómodo en El Trece; que lo apuraban para volver, que no respondían sus llamados o pedidos, e incluso que "le mojaron la oreja" al ponerle un programa de otra productora, y muy parecido a uno que él quería hacer con Ideas del sur. Esas razones, junto con que Telefe es el canal donde nació y los Yankelevich como su familia, son las que el conductor hubiese preferido quedaran como las razones del pase.
Pero la operación trae más cosas y Tinelli también lo sabe. Porque esta movida es detonada gracias a la aparición del empresario Cristobal López para la posible compra de su productora. Sumado eso a que la pantalla que dejará será la del canal con el cual el Gobierno Nacional está enfrentado desde hace tiempo, a la que en pleno año electoral dejará sin su poder de rating, las asociaciones políticas no son inocentes.
El conductor, el hombre de la tele, el chico de Bolívar, el que llegó a la pantalla chica de la mano de Badía, el personaje que él construyo, quiere que esta historia cierre como la del hijo pródigo que vuelve al canal que lo vio nacer. Lo más alejado posible del otro final, del empresario, del hábil negociador, y de las consecuencias políticas que inevitablemente traerá su pase.
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