Todos lo conocen por su simpatía y su insuperable y divertida torpeza. Hoy Marley (Alejandro Wiebe) está al frente de Celebrity Splash, el reality de famosos deTelefe, pero supo recorrer el mundo y codearse con algunas de las celebrities más importantes estrellas del mundo entero.
Espontáneo y cristalino, aprendió a reírse de sus errores y contó en una entrevista con Clarín algunas de sus más divertidas anécdotas con las celebrities. “Estoy escribiéndolas para no olvidarlas”, confesó.
Madonna: “Hay cosas insólitas. Madonna tirándose arriba encima mío para hacer yoga, relajadísima. En la década del ’90 fui a Puerto Rico a buscarla y su manager me dijo que me habían confundido con su novio. A ella le dio tanta gracia que me invitó a seguir la gira a Las Vegas, Londres y más”.
Michael Jackson: “Cuando trabajaba en Canal 13, un día me dicen: ‘En dos horas tenés que irte a Rusia’. No tenía la valija armada, pero le habían avisado a mamá que la hiciera y la mandara al aeropuerto. Me fui, y seguí a Jackson hasta por una juguetería. Veinticuatro horas de seguimiento. En el show llovía a cántaros y hasta el manager pasaba el trapo de piso para que Michael no resbalara, pero él seguía bailando como loco en la lluvia. Era frágil, daba pena entrevistarlo. Niño atrapado en cuerpo de grande”.
Arnold Schwarzenegger: “Lo estaba entrevistando en Los Angeles. Creo que era el año 1995. El cable del micrófono estaba enganchado debajo de la mesa y con mi torpeza de siempre, vino entonces el blooper: tiré del cable y le tiré encima la mesa al grandote. Una escena increíble. El tipo no podía creer mi brutalidad. Siempre dejo el sello. Me pasan accidentes en el momento menos indicado”.
Cameron Díaz: “Como en una época yo hacía muchas notas en Hollywood, ya muchos me conocían. Recuerdo estar en una fiesta de la película Misión imposible, en Los Angeles, junto a Jodie Foster, Nicole Kidman yTom Cruise, y me la pasé hablando con Cameron Díaz.Hablamos toda la noche. Chusmeábamos de la diferencia de altura entre Nicole, altísima, y él. Renée Zellweger me hablaba maravillas de los hombres argentinos”.
Luis Miguel: “Lo conocí en 1993, siguiéndolo por todo Buenos Aires. Epocas en que yo seguía a las estrellas sin dormir. Me obsesionaba mi trabajo. Después compartí charlas y fiestas en puntos como Nueva York, Los Angeles, México, Mónaco, España, Miami y tantos lugares más. Cada vez que llega al país, me llama y soy una especie de guía turístico para él. Jugamos a tomar tequila que trae él y yo termino sin saber ya quién es Luis Miguel. Son encuentros desopilantes”.
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