Viejo y conocido: dos familias enfrentadas, en este caso por sus respectivos negocios familiares, y por una mujer como el objeto de discordia entre dos hombres. Miguel Ángel Rodríguez como el patriarca de los Qitapenas y dueño de un bodegón de comida tradicional, de un lado. Del otro Jean Pierre Noher como Brian Jones, personaje que regresa de Miami para instalar un local de cocina "fashion".
Esta será la batalla de dos grupos familiares por mantenerse a flote en el negocio gastronómico. Pero el eje fundamental de la ficción y la veta de originalidad está puesto en lo que los personajes comunican de sí a través de las canciones, recurso que los últimos años es explotado con mayor frecuencia por la televisión vernácula.
Desfilan Rodríguez interpretando una pieza de ópera como una versión en murga de "La bomba loca" de Gustavo Cordera. Natalia Lobo, en el papel de la esposa de Jones, como una diva barrial de la cumbia cantando "Desesperada" de Marta Sánchez y Sofía Reca que hace "Honrar la vida" a lo Christina Aguilera.
Música en español de cantantes latinoamericanos y argentinos que marca un cancionero popular que también contó con versiones de temas de Los Auténticos Decadentes y Kevin Johansen. Elecciones que aportan los climas necesarios en un primer capítulo que contó con fluidez de qué va realmente este Qitapenas.
La inclusión de María Concepción Cesar, después de dos años sin pantalla, es prometedora junto a los más jóvenes del reparto: Reca y Benjamín Amadeo se perfilan como las revelaciones. Mientras que Jean Pierre Noher, Pata Etchegoyen y Silvia Kutica logran momentos bien resueltos de comicidad.
Qitapenas no es Glee, la serie boom de la cadena Fox que también emite Telefe, y para bien o para mal su sabor es autóctono. Otro lío de familias, esta vez con la voz y los pies preparados para cuando suene la primera nota.
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