Gustavo Corvalán, albañil rosarino, fue el ganador de "La Voz argentina". Ya consagrado y más relajado aseguró en diálogo con el diario Crónica: “En el momento en que Marley anunció que yo era el ganador sentí que me desmayaba". Un verdadero triunfador.
El 1 de julio pasado arrancó la ilusión de Gustavo Corvalán, un humilde albañil oriundo de Rosario, en el exitoso certamen de canto “La voz...Argentina”, que se emitió por Telefé y que finalizó el domingo pasado con su consagración.
“En el momento en que Marley anunció que yo era el ganador sentí que me desmayaba. Gracias a que estaba Mariano (Poblete, el otro finalista) ahí, porque era tanta la emoción que me contuvo. Fue un momento único, inolvidable”, dijo Gustavo al diario Crónica, en una charla en exclusiva con el flamante triunfador de “La voz...Argentina”.
“Este año fue muy lindo para mí. Este sueño lo cumplí por toda la gente que se brindó por mí. También quiero destacar que el canal nos trató siempre muy bien y nos contuvo en todo momento, desde el personal de limpieza, pasando por todo el equipo de producción, hasta Marley, que es un genio”,agregó.
Corvalán llegó a la final con tres grandes candidatos como lo fueron Mariano Poblete, Antonella Cirilo y Mateo Iturbe, el favorito para muchos para quedarse con el concurso. En ese sentido, Gustavo comentó: “No me veía ganador, pero cuando vi que Mateo quedó cuarto, pensé ‘aquí puede pasar cualquier cosa’”. No le fue fácil a Gustavo ganar en “La voz...” No sólo fue llegar a la final sino superar todas las etapas dado que pasó por todas; inclusive, fue varias veces al teléfono.
“Estoy muy orgulloso de todo lo que logré, pero siempre agradecido. Si no hubiese sido por la gente, no llegaba, porque fui tres veces al teléfono. Sentí un aliento impresionante del público y eso fue fundamental para seguir creyendo que se podía”, destacó el rosarino.
Su inscripción al certamen fue gracias a la insistencia de su familia, aunque él estaba más pendiente de su trabajo de albañil. Paradojas de la vida, se quedó sin la obra y, sin nada que perder, se inscribió en el casting. “Mi vieja y mi mujer me insistieron para que me inscribiera. Yo, en cambio, pensaba en seguir trabajando en la obra. Pero justo me quedo sin trabajo, fui al casting de Rosario y cuando me anunciaron que quedaba, fue una alegría enorme y me pasó lo que me sucedió siempre en el programa: lágrimas, saltos de alegría y mucha emoción, porque tenía que viajar a Buenos Aires por primera vez”, contó el joven.
“Nunca me la creí. Era conciente de que podía quedar afuera. Confiaba en mí, pero la gente fue la que me eligió por mi sencillez. Creo que fue determinante para que la gente me eligiera”, confió.
Diario Show
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