Endemol apostó al formato español y Telefe confió en cambiar sus tardes de telenovelas para que Mariano Iúdica se ponga al hombro un nuevo desafío de canto pero, entre padres e hijos. Una escenografía imponente y digna del prime time prefirió cambiar el rumbo, en cuanto a horario, y hacer foco en el público emblema del canal, la familia, para reafirmarlo con Laten Corazones. La familia cobró protagonismo y de eso no quedaron dudas.
Una presentación que se encargó de que no falte la emoción junto a la primera imagen a cargo del hijo del conductor entregándole el micrófono y al grito del conocido “Dale!”, y su poder de emoción constante, abrió juego con un video presentación de las parejas seleccionadas para el juego. Minutos más tarde, llegó el momento de los jurados y lejos de las clásicas presentaciones desde el atril; Lucía y Joaquín Galán estrenaron el escenario cantando junto a sus hijos, en el mismo marco lo hizo también Alejandro Lerner pero, con su esposa y su bebé.
Atrás llegó el momento de dar inicio a la competencia de doce parejas entre padres e hijos con historias diferentes unidas por el canto. Una evaluación por parte de los jurados, devenida de la emoción que los “tapes” personales que cada dupla pudo mostrar y un final anunciado, pero dejado de lado por la fuerza de la unión sobre el escenario, una pareja con el puntaje más bajo y con posibilidad de irse del programa.
Así arrancó Laten corazones, con intenciones marcadas sobre un escenario que más allá de las historias busca un ganador junto a un conjunto de momentos que dejaron en claro lo que el programa quiere, y hacia dónde va.
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