Para ella habrá dolor y también amor, en una historia de crueles reencuentros con los que la marcaron para siempre.
La producción a nivel internacional de esta telenovela que por primera vez acerca a la televisión diaria a Juan José Campanella permitió descubrir a una Oreiro en su Ariana, que hasta ahora sólo había mostrado el cine (“Infancia clandestina”, “Wakolda”) junto a un siniestro personaje, el del intendente Rafael Valmora, en la piel de un impecable Joaquín Furriel. Y en un rol que parece develará secretos, Benjamín Vicuña mostró un Agustín solidario, tierno y dispuesto a enamorar.
La música de Cerati y el atractivo elenco, completan la propuesta de lujo en todos los rubros técnicos.
Siempre es para festejar la llegada de una ficción nacional y más cuando por su calidad integral y sus interpretaciones ya tiene abiertas las puertas del mundo entre Fox y Sony, hacia toda la región.
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