El mundial de Brasil 2014 da para todo. Desde hace semanas los equipos periodísticos de los canales de televisión, y en especial de las señales de noticias, están preparando su llegada al país carioca para hacer una "cobertura divertida" y descontracturada.
A una semana del arranque de la copa del mundo el balance es absolutamente negativo. Para arrancar algunas señales de noticias llegaron casi dos semanas antes que comiencen los partidos, por lo tanto los enviados especiales no sabían como llenar el tiempo,y lo único que hacían era mostrar la playa y dar la temperatura.
Una vez comenzado el mundial la cosa se puso peor. Sacando honrosas excepciones, que por suerte las hay, la mayoría de las coberturas tienen a los cronistas "hablando" mal portugués como dato de dudosa gracia, ya que nadie se tomo el trabajo de hacerse un cursito de un par de meses para poder expresarse correctamente, o al menos para saludar educadamente a los anfitriones del mundial.
El mayor chiste de estas transmisiones parece ser reírse de los brasileños, preguntarles cosas en español y como no saben contestar, largar risotadas que son festejadas por los conductores en los estudios de Buenos Aires, que están más perdidos que los enviados especiales.
Estos improvisados profesionales preguntan precios, interrogan hinchas de varios países, a veces dan alguna información deportiva concreta, pero en general el trabajo es pobre y casi carente de interés en general.
Todavía quedan tres semanas de mundial, pero parece que muchos de los enviados ya agotaron todos sus recursos, y sólo les queda gritar, correr y mostrarse divertidos, cosa que en general no son. Eso sí, la mayoría tienen un tostado envidiable, que lucen en cámara, ya que otra cosa para mostrar o exhibir no tienen.
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