Claro que para Sofía los problemas empezaron temprano. Sucede que las fans de la pareja que armaron Estevanez y Zampini en Dulce amor, bautizada por ellas Marcoria(por los nombres de sus personajes, Marcos y Victoria), no están para nada de acuerdo en que algo o alguien les impida estar juntos en la nueva novela.
“¡No te imaginás las cosas que me dicen por Twitter! La novela todavía no empezó y ya me caen más de cincuenta mensajes de odio por día”, cuenta Sofía. “Para mí es una oportunidad maravillosa que me dio Quique, porque de alguna manera empiezo a estar en la línea de los adultos”, dice la actriz, que hasta ahora sólo hizo papeles de niña o de “hija de...”, y que aquí será nada menos que la esposa del protagonista. Ella y Estevanez, de hecho, fueron los primeros actores en hacer escenas para la novela, cuando viajaron a Cancún, México, para grabar el casamiento de la pareja. “Mi personaje tiene una hijita que no es del personaje de Seba, pero él funciona como si fuera el padre. Después de unos días, por situaciones inesperadas, nos volvemos a Buenos Aires y ahí comienza el conflicto de la novela”, explica Sofía. “Tengo ganas de hacer todo lo que venga y se pueda porque toda experiencia nueva enriquece. Ahora disfruto mucho de esto: voy a hacer un poco de villana así que estoy mirando mucho e inspirándome”.
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