Con muchos años en el medio, Esteban Prol no se opone a los programas de talentos o con personas desconocidas. "Es un género que le dio de comer a mucha gente", explicó el actor de "Dulce amor", que también habló de la ficción de Telefe: "Tenemos muchas alegría al laburar".
Esteban Prol nos recibe con un vinito en la mano para comenzar la charla. Participó en varios éxitos televisivos, pero vive el actual de una forma particular y relajada. Este gran suceso que es “Dulce amor” y su destacado personaje, Máquina, le valió el pasaporte para formar parte de “Despedida de casados”, la obra teatral que comparte junto con Anita Martínez, Atilio Veronelli, Cristian U,Ximena Capristo, Alexander y Charlotte Caniggia, Dj Piloto y Sofía Macaggi.
En el Teatro Candilejas 2 de Carlos Paz recibe día a día el cariño del público, que lo premia por su labor e n l a s tablas pero también por el personaje que fue creciendo durante el año pasado en la tira que protagonizan Carina Zampini y Sebastián Estevanez. Esteban sabe que vive un gran momento y que vuelve a ser reconocido, aunque no pierde la tranquilidad que lo caracteriza.
‑¿Cómo vivís el éxito de “Dulce amor”?
‑ Bien , tenemos mucha a alegría al laburar y creo que eso se nota en la pantalla. Nos enganchamos a contar esta historia con muchas ganas.
‑¿Se logró buena química en el elenco?
‑Sí, la verdad es que nos llevamos bárbaro. Eso se traduce a la pantalla y fue así como se logró este gran éxito.
‑¿Cómo analizás el crecimiento de tu personaje?
‑Máquina es un adoptado social, porque la familia de Marcos y Julián lo rescataron de la calle. Al tiempo comenzó a trabajar en la fábrica de chocolates y por su buen desempeño logró ascender a supervisor de planta. A su vez, tiene una visión de la vida bastante particular y también aporta mucho amor. Además creo que fue clave la pareja que supimos construir con Conny, el personaje que interpreta Gabriela Sari. Juntos le encontramos la vuelta de tuerca y logramos sorprender al público, además de divertirlo. Más allá de las gracias que hace y de las cagadas que se manda, el personaje encierra un mensaje muy tierno.
‑ ¿Qué pensás de la televisión?
‑La verdad es que no veo mucho por mi ritmo laboral. Lo poco que comparto es con mi pequeño hijo. Lamentablemente él capturó el control remoto, pero tratamos de elegir cosas que sean buenas y didácticas.
‑Estás abocado a los programas infantiles.
‑Es lo que me toca en esta etapa de padre, tengo que ver cosas infantiles y acompañarlo. No me molesta para nada hacerlo y hasta podría decirte que lo disfruto.
-¿Te gustan los realities?
-Aunque nunca me enganché, es otro género que le ha dado de comer a mucha gente y no me molesta.
-No sos de los que se posicionan en contra.
-Por mí que haya de todo y para todos, creo que se puede. Hay gente a la que le encantan los realities y a otra, no. Me parece que no hay que negarlos. Por el contrario, si están es porque hay un público que los elige y yo no soy quién para elegir por ellos. La variedad es lo mejor y lo más democrático.
‑¿Qué pensás del cine nacional?
‑Creció un montón, hay películas excelentes. También se amplía en muchos géneros y creo que esto se traduce en todas las nuevas realizaciones que se estrenaron con muy buenos resultados.
‑Vos hiciste poco. ¿Es una asignatura pendiente?
‑Sí, aunque hice algo en cine independiente. Me gustó mucho, pero creo que estoy en el punto justo para hacer cine comercial. Espero que llegue esa oportunidad aunque no me desespero. Disfruto mi presente laboral, pero siempre aspiro a más.
‑¿Cómo terminó la relación con Claudio Morgado?
‑Hace años que no lo veo. En su momento nos llevamos muy bien y pasamos gratos momentos juntos haciendo tele, pero el tiempo fue apagando la amistad.
‑No seguiste viéndolo.
‑No, la vida nos llevó por caminos muy distintos. Del rumbo que él tomó prefiero no opinar.
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