Espontánea, divertida y graciosa. Así es Susana Giménez y también así es la anécdota que leerás a continuación sobre unas vacaciones de la diva en la nieve, en los años 90.
"Viajamos a Bariloche Huberto (Roviralta), Mecha (Sarrabayrouse), Eduardo (Celasco) y yo. Como siempre en temporada, estaba lleno de fotógrafos", comienza relatando la conductora en la Revista Susana. Y reconoce, sobre la prensa: "Si puedo evitarlos, lo prefiero. Así que teníamos varias tácticas".
"Ya en las aerosillas, vimos que nos seguían y decidimos separarnos. Eduardo y Huberto se fueron bajando en distintos paradores, mientras que yo, tratando de liberarme de la prensa, llegué hasta la cima. (...) Los pocos esquiadores que pasaban parecían competidores de los Juegos Olímpicos: saltaban, zigzagueban, se agazabapan...".
Con semejante seguimiento, parece que a Su se le complicó la cosa: "A los dos minutos, había alcanzado la velocidad de la luz e iba en caída libre, como en una montaña rusa. Tratando de serenarme y pensar con la misma rapidez que bajaba por la ladera de la montaña, logré ir frenándome hasta tirarme literalmente de los esquíes. (...) Ya desesperada, vi pasar una patrulla de esquiadores, esos que se dedican a rescatar gente accidentada. Por suerte se apiadaron de mí y me ayudaron a bajar. Ya tranquila y disfrutando del paisaje, vi a la distancia una casilla de madera destrozada con mucha gente rodeándola".
¿Qué pasó? Lo cuenta la propia Susana: "Frenamos para ver qué había pasado. Recién ahí descubrí al periodista del que creía haberme liberado en la camilla con cuello ortopédico e inmovilizado".
Y ahí, según relata la diva, se dio un diálogo imperdible:
-¿Sos vos? (me preguntó como alucinado). Me tiré atrás tuyo, pero hace poco que esquío, por suerte me estampé contra la casilla de madera. No sabés la felicidad que me dio parar, creí que me mataba.
-¡Pero sos loco! Te podrías haber quebrado todo- le dije.
-Es que me dijeron que te siguiera a sol y a sombra...
Apiadada del fotógrafo, Susana Giménez contó: "Me dio tanta pena que le dije: 'Ay, bueno. Mañana si estás mejor, te prometo que hacemos una nota'. 'Graciaaaaaasss"', me gritó, mientras se lo llevaban en trineo a la enfermería".
Ciudad.com
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