Tras el estreno de La Dueña, Marcelo Camaño, el escritor del unitario que compuso la historia en conjunto con Mirtha Legrand y el equipo de producción y que contó como fue levar a cabo el proyecto.
Se estrenó La Dueña y tuvo muy buenos resultados y repercusiones, ¿esperabas este éxito?
Se venía trabajando hace mucho para que estuviera muy clarificado el capitulo en la gente y para que el capitulo termina y el público supiera muy bien qué había visto y qué puede esperar de aquí en adelante. Más allá de los resultados, que uno nunca está atado al éxito seguro ni aunque ponga los ingredientes seguros de alguna supuesta fórmula, hubo mucha prueba, ensayo y error todo el tiempo. Pero bueno, sí, estamos muy contentos con los resultados y con que el público haya acompañado el primer capitulo.
¿Cómo te llego la propuesta?
Me llamó Tomás Yankelevich contándome que este año pensaba hacer una serie de unitarios y que si se lograba el sí de Mirtha, su idea era darme ese programa. Después me reuní con Nacho Viale y con Martín Kweller que fueron los orquestadores del regreso de Mirtha y conversamos con ella que en seguida nos contó cuáles eran sus temores y nos tiró algunas ideas sobre lo que ella podría hacer. No estaba del todo segura si iba a aceptar o no, pero en seguida se interesó por cuestiones muy concretas para estar segura de si lo iba a poder llevar adelante. Nos preguntaba, por ejemplo, cuántas horas por día le ocuparía, cuántos días y porqué era mejor hacer una serie.
¿Cómo encaraste la misión de escribir una ficción que marcara el regreso de Mirtha?
Empecé a trabajar una idea a partir de ella. Acá no había una historia escrita y se estaba buscando una actriz. Todo se armó alrededor de la figura de Mirtha y con el condimento de que es Mirtha y las características de Mirtha. Por eso también conversamos mucho con ella de acuerdo a las películas que ella hizo y pensamos cuál era le género en el que ella se sentía mas cómoda. Así cerramos con ella en hacer algo más cercano al policial, al suspenso, pero con cuotas de la línea amorosa para algunos personajes y algo de humor. Así se empezó a perfilar y después ella tuvo un tiempo para leer la biblia del programa y luego el primer capitulo. Luego hizo sus comentarios, en general muy acertados, y con ella elegimos contar la historia en el universo de los cosméticos porque es un mundo que a ella le sienta bien y es algo que en el imaginario popular ya está. Siendo Mirtha no íbamos a ponerla al frente de una empresa de lácteos.
¿Mirtha tuvo influencia en los guiones?
No. Ella quería saber antes de arrancar qué íbamos a contar. Y yo la quería escuchar porque repito: esto se armó alrededor de ella. Yo no podía ir con una historia que ella no sintiera propia o que no se sintiera identificada. Mirtha es Mirtha, está en el imagino argentino desde toda la vida y había que ajustarse a eso, tomar lo mejor que tiene Mirtha y ponerlo al servicio de la ficción. Igual sí me llamó para “legranizar” algunos textos a partir de las preguntas y repercusiones del público que querían saber qué se iba a ver en la ficción.
¿Frases como el “mierda, carajo…”?
Sí, y ahí ella tuvo que negociar con sí misma, cuáles iba a hacer y cuales no. Por eso su vida tuvo completa influencia sobre la historia.
Hay un mix de ella y otro de su personaje, Sofía Ponte….
Sí. Desde el principio nos marcó mucho el horizonte de la protagonista. Tenemos una actriz que hace 40 años que no hacía ficción y que tiene una participación muy activa. Ella comparte escenas con casi todos los personajes y realmente se revalorizan sus escenas. Hasta hoy es un proceso largo porque cada capitulo lleva mucho tiempo de grabación, edición, posproducción, todo tiene que estar bien cuidado, hay una estética muy buscada, la luz tiene que ser perfecta…
Casi de cine…
A mi esos comentarios a esta altura me molestan…
¿Por qué?
Porque la verdad que nuestra televisión tiene grandes profesionales que no han ido al cine, que se formaron en la televisión y que se preocupan por mejorarla día a día y sinceramente esa comunión con el cine no es tal. Porque todo ese público que dice “parece cine” no va al cine, o no va tanto al cine, que estaría buenísimo que fuera un poco más. Lo escuché mucho ese comentario y no es así, porque esto es televisión, hecha por gente que se preocupa por hacerla bien. Y se trabaja al ritmo de la televisión, rápido y caótico, como es la televisión. En ese rigor, las cosas se hacen bien. En la televisión argentina se hacen bien así.
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