La tira trajo a la pantalla de Telefe historias de amor de todos tipos y colores: prohibidas, apasionadas, juveniles, recientes y otras no tanto. Una producción donde cada historia cautiva a un público distinto y donde a fín de cuentas, los termina cautivando a todos. En publicidad y marketing se utiliza el término de segmentación para definir a los distintos públicos a los que se va a dirigir un producto y es en esa capacidad de los empresarios de conocer a sus consumidores donde dicen que se encuentra la clave del éxito, sin embargo, a la gente de Dulce Amor mucho no pareció importarle porque en lugar de segmentar puso al aire historias para todos y mal no le fue.
Cuando se conocieron las primeras imágenes de la tira, la pareja principal y en torno a la que todos creímos que iba a girar la historia fue la de Marcos (Sebastián Estevanez) y Victoria (Carina Zampini), sin embargo, el resto del elenco nos tenía preparadas algunas sorpresas.
Julián (Juan Darthes) y Natasha (Calu Rivero) fueron despertando a lo largo de los capítulos tanta o más expectativa que la dubitativa e insegura pareja de Marcos y Victoria. A base de pasión y deseo, supieron captar la atención del público, que se sintió identificado desde el primer momento con la historia entre el chofer y la joven rebelde.
Mientras que la pareja principal avanzaba a pasos cortos y programados, entre la frialdad de ella y el intento de descontracturar de él, Julián y Natasha hablaban el mismo idioma y estaban decididos a llevar adelante una atracción que marcaron desde su primer escena juntos.
La menor de las Bandi, Brenda (Rocío Igarzabal) no se iba a quedar atrás y comenzó una historia con Lucas (Nicolás "Tacho" Riera); la dupla ideal para cautivar al sector más juvenil del público, que identicaba perfectamente a los actores de su paso por Casi Ángeles.
Si las hijas tienen sus historias y como de tal palo tal astilla, hubo también espacio para un amor maduro, el de Elena (María Valenzuela) y Pepe (Arturo Bonín), un amor del pasado que poco a poco va teniendo sus fosforesencias en el presente.
Sin embargo el amor enigmático de Elena y Pepe, necesitaba su contracara, un amor también maduro pero más explícito. Así como Julián y Natacha son el oxígeno que el público necesita para sobrellevar la lentitud de la historia entre Marcos y Victoria, los interrogantes que despierta la antigua relación de la dueña de chocolates Bandi con el kiosquero, necesitó su escolta.
Fue el personaje de Cacho Castaña, un seductor nato, padre de Marcos, quien protagonizó un triángulo amoroso entre Isabel (Georgina Barbarossa) y Rosa (Graciela Pal) el que cumplió durante algunos capítulos con este rol, hasta que problemas personales del actor para grabar algunas escenas, cambiaron los planes.
Los personajes secundarios, también tienen sus pequeñas mini-historias dentro de la tira, como la de Lorenzo (Segundo Cernadas) y Angie (Sol Estevanéz), o la de "Máquina" (Esteban Prol) y Flor (Micaela Vázquez), que además de interactuar con las parejas principales, tienen su perfil propio y despliegan una red inagotable de amores correspondidos y no tanto.
Dulce Amor con sus múltiples historias, es hoy una de las ficciones con más rating de Telefe este 2012 y demuestra por sobre las leyes de la publicidad, que la televisión tiene sus propias reglas.
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