El estudio de Telefé desde donde se emite Hiperconectados , todos los sábados pasada la medianoche, es el equivalente de lo que sería un almacén de dulces para un goloso, pero en este caso para los fanáticos de la tecnología, los cómics, las películas de ciencia ficción, los juegos electrónicos y todo el mundo retro asociado a ese particular universo.
“Un gran atractivo del programa pasa por las cosas que forman parte de la escenografía. Son una suerte de fetiche para los que nos miran y es un hecho recurrente que nos pregunten sobre los elementos que hay en el decorado”, advierte el conductor del ciclo Guillermo Catalano, Fierita, para ser más claros.
“Se arma una especie de juego con el público de descubrir lo que hay en el estudio. Por ahí ven algo que les llama la atención y nos comentan vía Twitter o Facebook sobre la historia de ese objeto y cosas por el estilo”, agrega Tomás Balmaceda, uno de los colaboradores de Fierita en la conducción, al que en el ambiente de los usuarios de Twitter se lo conoce como Capitán Intriga, por el nombre que adoptó en la red social de los 140 caracteres.
“No suele ser común que los que hacen un programa se preocupen demasiado por lo que hay o no hay en la escenografía. Nosotros, al contrario, volvimos locos a la producción para que consiguieran los objetos que tenemos en el estudio. Las consolas viejas de juego que tenemos son de mi colección”, dice Fierita. “Gracias a este programa, las saqué de casa, con lo cual ganamos prácticamente un ambiente más en el departamento”, agrega el conductor, muerto de risa.
A la hora de confesar cómo nació su fascinación por coleccionar esos objetos, Catalano dice: “Mi fanatismo nace porque de chico no los tenía y me moría de ganas por tenerlos. De grande me los fui comprando a todos”.
La tercera integrante del equipo del programa que da la cara en pantalla es Noelia Marzol, que reconoce quedarse afuera muchas veces de lo que hablan sus compañeros sobre esa especie de prehistoria que son los 70 y los 80 para ella. “Un detalle que marca las distintas generaciones es cómo se controlan los jueguitos. Acá tenemos un controlador Kinect para X Box 360 [un dispositivo que permite controlar el juego a distancia, por movimientos corporales o comandos de voz] y obviamente, la campeona del grupo con ese dispositivo es Noelia”, comenta Fierita. Sin embargo, ella confiesa que le gustan los juegos simples. “Yo empecé con el primer Mario Bros. Después vinieron no sé cuántas versiones, pero yo me quedé con el primero. A mí me pueden los juegos tradicionales, como el Pac Man. Y me gusta más jugarlos en los locales de jueguitos, con los fichines, que en casa”, sostiene.
A la hora de elegir los diez mejores objetos que hay en el estudio surge la colección de consolas viejas que aportó Fierita, entra las que están una que se llama Telematch (“La conseguí en una feria y me la llevé por 50 mangos”, recuerda), otra que fabricó alguna vez Magiclick y un emulador más moderno que se llama Retrón 3 y acepta cartuchos de diferentes sistemas. Luego está la réplica de una consola Arcade que eran las típicas que se jugaban con fichas. En tercer lugar lo que llaman Juego de mente, un artefacto que Fierita trajo de Las Vegas y permite que dos contrincantes de enfrenten tratando de mover una pelotita con la actividad mental y donde gana el que más fuerza hace con el cerebro (aunque a veces puede fallar). Después, la mesa interactiva, una mesa ratona con pantalla desde la que manejan las notas del programa con el tacto. En quinto puesto el controlador Kinect para X Box 360, con el que Noelia les pasa el trapo siempre. En sexto lugar, la máscara de Anonymous, que según Fierita apareció misteriosamente en el estudio, sin que nadie la trajera. En séptimo puesto, un tiburón inflado con helio que se puede controlar con radio. Luego, como no podía faltar, una colección de muñecos entre los que están ET, el maestro Yoda, Mario Bros y el robotito que representa al sistema operativo Android. En penúltimo sitio una colección de creaciones en papercraft, que son modelos tridimensionales realizados en papel, que se bajan impresos por internet y se arman vía tijera y pegamento. Finalmente, una serie de juegos de TEG, algo infaltable en la mesa de cualquier buen nerd.
“Un gran atractivo del programa pasa por las cosas que forman parte de la escenografía. Son una suerte de fetiche para los que nos miran y es un hecho recurrente que nos pregunten sobre los elementos que hay en el decorado”, advierte el conductor del ciclo Guillermo Catalano, Fierita, para ser más claros.
“Se arma una especie de juego con el público de descubrir lo que hay en el estudio. Por ahí ven algo que les llama la atención y nos comentan vía Twitter o Facebook sobre la historia de ese objeto y cosas por el estilo”, agrega Tomás Balmaceda, uno de los colaboradores de Fierita en la conducción, al que en el ambiente de los usuarios de Twitter se lo conoce como Capitán Intriga, por el nombre que adoptó en la red social de los 140 caracteres.
“No suele ser común que los que hacen un programa se preocupen demasiado por lo que hay o no hay en la escenografía. Nosotros, al contrario, volvimos locos a la producción para que consiguieran los objetos que tenemos en el estudio. Las consolas viejas de juego que tenemos son de mi colección”, dice Fierita. “Gracias a este programa, las saqué de casa, con lo cual ganamos prácticamente un ambiente más en el departamento”, agrega el conductor, muerto de risa.
A la hora de confesar cómo nació su fascinación por coleccionar esos objetos, Catalano dice: “Mi fanatismo nace porque de chico no los tenía y me moría de ganas por tenerlos. De grande me los fui comprando a todos”.
La tercera integrante del equipo del programa que da la cara en pantalla es Noelia Marzol, que reconoce quedarse afuera muchas veces de lo que hablan sus compañeros sobre esa especie de prehistoria que son los 70 y los 80 para ella. “Un detalle que marca las distintas generaciones es cómo se controlan los jueguitos. Acá tenemos un controlador Kinect para X Box 360 [un dispositivo que permite controlar el juego a distancia, por movimientos corporales o comandos de voz] y obviamente, la campeona del grupo con ese dispositivo es Noelia”, comenta Fierita. Sin embargo, ella confiesa que le gustan los juegos simples. “Yo empecé con el primer Mario Bros. Después vinieron no sé cuántas versiones, pero yo me quedé con el primero. A mí me pueden los juegos tradicionales, como el Pac Man. Y me gusta más jugarlos en los locales de jueguitos, con los fichines, que en casa”, sostiene.
A la hora de elegir los diez mejores objetos que hay en el estudio surge la colección de consolas viejas que aportó Fierita, entra las que están una que se llama Telematch (“La conseguí en una feria y me la llevé por 50 mangos”, recuerda), otra que fabricó alguna vez Magiclick y un emulador más moderno que se llama Retrón 3 y acepta cartuchos de diferentes sistemas. Luego está la réplica de una consola Arcade que eran las típicas que se jugaban con fichas. En tercer lugar lo que llaman Juego de mente, un artefacto que Fierita trajo de Las Vegas y permite que dos contrincantes de enfrenten tratando de mover una pelotita con la actividad mental y donde gana el que más fuerza hace con el cerebro (aunque a veces puede fallar). Después, la mesa interactiva, una mesa ratona con pantalla desde la que manejan las notas del programa con el tacto. En quinto puesto el controlador Kinect para X Box 360, con el que Noelia les pasa el trapo siempre. En sexto lugar, la máscara de Anonymous, que según Fierita apareció misteriosamente en el estudio, sin que nadie la trajera. En séptimo puesto, un tiburón inflado con helio que se puede controlar con radio. Luego, como no podía faltar, una colección de muñecos entre los que están ET, el maestro Yoda, Mario Bros y el robotito que representa al sistema operativo Android. En penúltimo sitio una colección de creaciones en papercraft, que son modelos tridimensionales realizados en papel, que se bajan impresos por internet y se arman vía tijera y pegamento. Finalmente, una serie de juegos de TEG, algo infaltable en la mesa de cualquier buen nerd.
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