Mientras que programas como Todos contentos y bastante locos en Telefe o Sábado en casa en la pantalla de El trece no lograron prender en la audiencia y pasaron rápido y sin dejar huella, Gracias por venir logra mantenerse en pantalla desde hace ya tres años e inclusive el último programa fue lo segundo más visto del sábado. Todo a partir de una fórmula aceitada, que se basa en saber preguntar, crear climas y que se vuelve novedosa a partir de no hablar de eso de lo que hablan todos.
La sección grande del ciclo gira en torno a los invitados, los verdaderos protagonistas de cada programa. Los conductores los guían por testimonios, material de archivo, amigos, colegas y familia muchas veces en el estudio, entre otras sorpresas que van surgiendo emisión a emisión y que dan cuenta de un trabajo de producción que está en cada detalle de la historia que se va a contar el sábado.
Pero el mayor capital en estos tiempos televisivos que corren, donde los noticieros, pasando por los magazines y llegando a los programas de espectáculos parecieran hablarnos de las mismas cosas, está en saber ampliar la mirada y proponernos algo distinto. Por fuera de la agenda mediática, a base de figuras tal vez olvidadas por el medio, pero no por el público, Gracias por venir se esfuerza por demostrar que es posible hacer tele por otro lado, y sobrevivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario