Una de las fuertes apuestas de Telefe para el arranque de este 2014 es la tira “Sres. Papis”. La novela tiene la particularidad de tener como principales protagonistas a cuatro hombres que se conocen en la puerta del jardín de infantes al que concurren sus hijos. Su primer capítulo midió un promedio de 13.9 puntos de rating y, pasadas las primeras semanas de la tira, la cifra se mantiene.Luciano Castro, Luciano Cáceres, Peto Menahem y Joaquín Furriel llevan adelante esta atrapante historia.
Furriel habló sobre Ignacio, su personaje, y contó qué hay en común entre él y este padre que se entera de que tiene un hijo de forma sorpresiva, y sobre cómo es dejar el papel de seductor y pasar largas jornadas de trabajo junto a niños pequeños.
-¿Cómo es trabajar a la par de otros galanes compartiendo protagonismo?
-La verdad es que no somos galanes. No tenemos tiempo para serlo. En la novela uno intenta seducir a alguien y de repente se escucha: ‘Papá, tengo hambre’... Y el galán queda por el piso.
-¿Cómo es la relación con el resto de los “Sres. Papis”?
-La mejor. Son muchas horas de trabajo juntos y hablamos de todo.
-¿Se cuentan sobre sus vidas?
-Es inevitable. Cada uno tiene su rutina con los suyos y nos comentamos las cosas que nos pasan o hablamos de nuestros hijos. Coincide en que somos varios los que tenemos hijos de edades parecidas.
-¿Hay similitudes entre el Joaquín padre de la vida real con Ignacio, el personaje de la tira?
-Son cosas distintas. Ser padre me cambió la vida y fui creciendo a la par de mi hija. En la novela se trata de un trabajo, aunque hacerlo con chicos es especial.
-¿Por qué especial?
-Traen una energía única. Marco (Bertelli) – hace de su hijo en la ficción– es una maravilla. Hay días en los que por ahí dice: “Hoy estoy cansado, no quiero grabar”, y automáticamente se levanta la escena. Eso no se discute. No sé si es consciente de que se trata de un trabajo. A él solo le gusta actuar.
-¿Qué tiene de diferente “Señores Papis”?
-Es una telenovela muy particular. Te atrapa desde el primer momento. Cuenta cuatro historias a la vez. Cada uno de los protagonistas arrastramos vivencias diferentes y tenemos características para nada parecidas, pero nos une el amor hacia nuestros hijos. Ellos son lo más importante.
Furriel habló sobre Ignacio, su personaje, y contó qué hay en común entre él y este padre que se entera de que tiene un hijo de forma sorpresiva, y sobre cómo es dejar el papel de seductor y pasar largas jornadas de trabajo junto a niños pequeños.
-¿Cómo es trabajar a la par de otros galanes compartiendo protagonismo?
-La verdad es que no somos galanes. No tenemos tiempo para serlo. En la novela uno intenta seducir a alguien y de repente se escucha: ‘Papá, tengo hambre’... Y el galán queda por el piso.
-¿Cómo es la relación con el resto de los “Sres. Papis”?
-La mejor. Son muchas horas de trabajo juntos y hablamos de todo.
-¿Se cuentan sobre sus vidas?
-Es inevitable. Cada uno tiene su rutina con los suyos y nos comentamos las cosas que nos pasan o hablamos de nuestros hijos. Coincide en que somos varios los que tenemos hijos de edades parecidas.
-¿Hay similitudes entre el Joaquín padre de la vida real con Ignacio, el personaje de la tira?
-Son cosas distintas. Ser padre me cambió la vida y fui creciendo a la par de mi hija. En la novela se trata de un trabajo, aunque hacerlo con chicos es especial.
-¿Por qué especial?
-Traen una energía única. Marco (Bertelli) – hace de su hijo en la ficción– es una maravilla. Hay días en los que por ahí dice: “Hoy estoy cansado, no quiero grabar”, y automáticamente se levanta la escena. Eso no se discute. No sé si es consciente de que se trata de un trabajo. A él solo le gusta actuar.
-¿Qué tiene de diferente “Señores Papis”?
-Es una telenovela muy particular. Te atrapa desde el primer momento. Cuenta cuatro historias a la vez. Cada uno de los protagonistas arrastramos vivencias diferentes y tenemos características para nada parecidas, pero nos une el amor hacia nuestros hijos. Ellos son lo más importante.
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