Aliados en gran parte se debe a ella. A su luz”, dice.
¿Pensaste que alguna vez ibas a volver al Gran Rex?
Nunca pensé que iba a volver a este teatro. Fue una emoción y una experiencia muy fuerte. Al principio estaba muy sensible, pero cuando enfrenté al público me llené de fuerza y adrenalina. El amor que se creó fue muy especial. Pero no es de ahora, es algo que se viene gestando desde hace años.
En su camarín hay pocas cosas, y destacan dos grandes floreros con flores blancas, sus preferidas. “Ese de ahí tiene esas violetas hermosas que también son mis preferidas”, confiesa Cris. “Tomás (Yankelevich, su hijo, y Director de contenidos globales de Telefe) pasó temprano y me dio este ramito (señala unos pocos jazmines que están en una bolsita), me dijo que como sabía que iba a recibir grandes arreglos quería traerme uno más especial”, explica dejando entrever una sonrisa. Sobre la mesada, además de su cartera, un porta cosméticos, unos sándwiches y agua mineral, hay una foto de Tomás junto a Romina. Está arrugada en un borde, y en ella están los dos sonrientes y felices. Mientras habla Cris la mira de reojo. “Es muy difícil. Cada día es un nuevo desafío”, explica con la voz entrecortada y los ojos húmedos, mientras pide cambiar de tema.
“Ya voy a ver si sigo haciendo cosas. Por lo pronto, se viene una segunda temporada de Aliados. Pero tengo ganas de cambiar, de no repetirme. De innovar, y apuntar a un público joven pero no tanto”, indica. “Hacer Aliados me dio mucha luz, fue un gran desafío esto de sumar Internet, el canal de cable, las redes sociales, me gustó mucho.”, explica, aunque se confiesa poco dúctil con la tecnología. “Tengo Twitter, pero lo uso poco. Pongo lo que siento, en el momento que quiero, pero me preservo mucho. Sigo a poca gente, pero muchas veces leo esos mensajes que me manda la gente, tan llenos de amor, que me cambian el día. Lo charlaba con Marley: es algo mágico e increíble cómo la gente puede ayudarte a cambiar el estado de ánimo con sus mensajes”.
¿Cómo volverás hoy a tu casa?
Lo que pasó en el teatro fue mágico. Por eso les dije a todos que se habían graduado en la luz, son unos seres increíbles. Los jóvenes son el futuro, ellos tienen tanta fuerza y tantas ganas de hacer cosas. Ahora vuelvo a casa a estar en silencio. Lo mismo le recomendé a los chicos, que no salieran, que no fueran a un boliche. Sino que se fueran a sus casas, se abrazaran a ellos mismos, a lo que les pasó, que repitan las imágenes en su cabeza, que se queden con ese público. No sé si me harán caso, pero es lo que yo hago y siempre me resultó. (Clarín)
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