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9 oct 2013

Un actor en ascenso


¿No te dan ganas de hacer algo que tenga sentido? ¿Cuántas minas que te gustaron dejaste escapar? ¿Sabés lo que es estar 20 años con alguien? Esas son algunas preguntas que surgen de los protagonistas de Los quiero a todos, de Luciano Quilici, que se estrena mañana.

Uno de esos personajes, turbado por una relación desgastada y con un mal humor casi congénito, está interpretado por Alan Sabbagh. El actor se convirtió en una figura recurrente en las películas argentinas que se estrenaron este año. Participó en Vino para robar (de Ariel Winograd), 20.000 besos (de Sebastián de Caro) y en esta ópera prima, que cuenta la historia de un grupo de amigos de 30 y pico, de clase media y con crisis en puerta.

Esta película surgió de una obra de teatro estrenada hace algunos años. ¿En qué cambió tu personaje?

En la obra, mi personaje no tenía esposa y eso le agregó algo más a este pibe disconforme con su vida. Todos los personajes, en definitiva, están en la misma: quieren buscarle un sentido a las cosas y se enfrentan con las ilusiones de lo que querían ser a los 30 y la realidad de lo que terminaron siendo. En la película, se sabe un poco más de los personajes. Cuando leí el guión me sorprendí y pensé que el paso al cine no había sido en vano. Filmar una película en Argentina es un suicidio económico; Quilici la hizo porque estaba convencido de lo que quería contar. Y además porque esta un poco loco (se ríe).

Aunque tienen registros diferentes, hay puntos en común entre “Los quiero a todos” y “20.000 besos”. ¿Por qué pensás que las historias de pibes de 30, clase media y con crisis existencial, comenzaron a ser recurrentes?


Es cierto que tocan temas parecidos, pero de una forma distinta. Es una problemática común. Parecería que el pibe de 30 y pico tiene dos opciones: se compromete a vivir con una chica para siempre o comienza a ser calificado como un inmaduro. Yo creo que se puede ser adulto, casarse y ¡seguir llevando la remera de Batman! En 20.000...se habla de ponerse el traje como una metáfora de ir a la oficina y apagar tu vida personal.

Los quiero...es más sobria, con temas más solemnes y pesados. Me encantaría que se hicieran más películas del estilo porque es un tema interesante y divertido.

En los últimos meses, se estrenaron tres películas en las que participás. ¿Sos un nuevo actor fetiche?

¡Ojalá! Espero que pase eso y no que me quede sin laburo en diciembre. En realidad, fue una casualidad porque las películas se hicieron en los últimos años pero se estrenaron todas juntas. Lo vivo como un sueño porque es lo que más me gusta hacer. Siempre fui muy cinéfilo y mi sueño era laburar en películas.

Además seguís con las grabaciones de “Los vecinos en guerra”. ¿Cómo evalúas la experiencia de la tira en un año con bajo encendido en la tele?

A nivel personal y del programa, lo disfruto muchísimo. Me tocó laburar con actores a los que no conocía personalmente, pero que admiraba, como Jorgelina Aruzzi, Carola Reyna, Carlos Portaluppi, Marco Caponi y Lola Berthet. En cuanto al rating, suceden cosas raras no sólo con éste sino con otros programas. Hay un encendido bajo porque están surgiendo otras opciones en plataformas digitales. La tele está emigrando para ese lado. Fijate que lo nuevo de Jerry Seinfeld se está haciendo en Internet. Si él toma ese rumbo, por algo será.

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