“El amor entre Pablo y yo mejora con el tiempo. Como los buenos vinos. Siempre nos atrajo algo que hizo pegarnos desde un primer momento, cuando éramos jóvenes y conocíamos poco o nada de la vida, dijo Nancy Dupláa. “Después, los años hicieron que apareciera un disfrute personal de la vida y del estar juntos y ver cosas para seguir estando con el otro. Y así se fue dando, hasta llegar a estos doce años de convivencia”.
En una entrevista exclusiva para la revista Vanidades que está en los kioscos desde este jueves, buscándole el minuto de tiempo a su agitada vida para hacer la producción, “la actriz del año”, como dice la tapa de la revista, contó cómo les explicó a sus tres hijos este año laboral.
-Se sabe que sos una mamá a full. ¿Cómo hiciste para organizarte durante todo el año, para congeniar tus obligaciones maternales y las laborales?
-Bueno…pude lidiar con todo hasta hace un mes, ya no. Ahora entré en la banquina y estoy con las cuatro ruedas pinchadas y el motor quemado (risas). Pero ya quedan pocas grabaciones y por nada del mundo me quiero perder estos últimos días con mis compañeros. Cada vez que termino un programa se me remueve todo, pero en este caso sucede aún más porque se trata de un gran gran grupo. Si pude congeniar todas mis actividades fue porque desde el vamos supe que este ritmo no sería para toda la vida sino por un año.
-¿Pablo te ayudó? ¿De qué manera?
-Sí, Pablo fue fundamental. Si él no me hubiera ayudado yo no habría podido hacerlo. Él es un padre muy presente y cuando yo hago televisión aún más.
-Sos madres de Luca, Morena y Julián, que tienen 12, 9 y 2 años. ¿Es difícil ser madre de hijos con edades tan diferentes?
-Más allá de los momentos de eclosión –en los que a veces caigo porque no sé qué corno hacer- para mí ser madre es una vocación de servicio que yo deseé con toda mi alma atravesar. En general sé lo que tengo que hacer y cuando no, pido ayuda. Al comienzo del 2012 reuní a mis hijos y les hablé con la verdad, como si fueran personas grandes. Les dije: “muchachos, esto es así y asá, este año mamá saldrá a trabajar y por eso necesito la colaboración de los tres”. Y colaboran, nomás.
-¿Cómo es cada uno?
-El más grande, Luca, tiene mucho de mí. Sobre todo su cara y manera de mirar. Es un pibe que dibuja mucho y le gusta la música. Y tiene una seguridad que yo no tenía a su edad, es histriónico y cara rota y hábil declarador y parlanchín como su padre (Matías Martín). Morena es más retraída, tiene un mundo interior muy profundo. Y en eso también me hace recordar a mí. Y luego, tanto ella como el más chiquito, Julián, tienen una cosa….sangre Echarri, pura cepa. Ambos son fuertes e intempestivos para discutir y pelear.
La Ubfal
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