Uno utiliza su profesión de corredor de autos para hacerse lugar como chofer, el otro se encarga de pasear perros en lo que respecta ser un trabajo sin muchas complicaciones. Sebastián Estevanez y Daniel Hendler, los anti-galanes.
Con todas las diferencias que ambos tienen, una similitud sobresale: los dos viven con sus padres (en el caso de Marcos solo con la madre). En este punto es donde sale el primer calificativo, en cierta forma dependientes de su entorno, a los dos les cuesta salir del capullo. Andy (Hendler) tiene complejos con respecto a la secundaria eterna, aquí la madre Dana (Busnelli) juega un papel muy importante con una soga que constantemente demanda la atención de parte de su ya mayor hijo. Marcos (Estevanez) representa al pibe de barrio que ama profundamente a su madre, y quizás por esta sencilla razón, además de las complicaciones monetarias para partir, es que el sigue en el nido familiar.
A diferencia de otros galanes que deslumbraron por su soltura e independencia, aquellos que generaron suspiros en la platea femenina se caracterizaron por un tener un temple, hasta en algunos casos de solitario o de todo lo puede. Parece no ser el caso de ellos dos. Justamente los que hoy protagonizan las dos ficciones que están llevándose el prime time de punta a punta.
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