"Quería encontrar una plaza para ponerle el nombre de Romina y apadrinarla, porque ella estuvo muchos años dedicada a los chicos, que me parecía que era una forma de devolverle algo a los chicos en el nombre de Romina", contó Gustavo en el ciclo radial de Catalina Dlugi.
Y agregó: "Desde el Gobierno de la Ciudad me sugirieron ir por el lado del arte y que había un centro cultural en el sur de la ciudad. Lo fui a ver y me gustó el movimiento que hay".
"Yo hice un trabajo que se le llama puesta en valor al centro. Los que trabajen ahí y los que lo vayan a visitar se van a sentir muy cómodos", manifestó contento. Y cerró: "Es una forma de mantener la memoria viva de mi hija".
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