El fenómeno tiene varias capas. Como la cebolla. Primero se quita una, después la otra. Y así, sucesivamente, hasta que llega a formarse un todo mucho más completo. En el universo impredecible de los medios de comunicación, hay algo que está cambiando. Hay ciertalinkealidad en el ambiente. Se huele, se siente. La flexibilidad computadoril llegó a la pantalla chica y la pantalla chica la transformó en un SUM (o salón de usos múltiples).
Un cuento dentro de otro cuento. Como mamushkas, lo más borgeano y enredado posible. Anoche Fito Páez, el famoso músico, llegó a la tele y, sin tener que formar parte de un show en vivo, se metió directamente a promocionar su show en una escena de Graduados. Para que se entienda: se sometió a una especie de “Badía y Cía” ficcional e hizo lo mismo que hizo siempre desde que arrancó, pero en un escenario distinto. Entrevista, tema con guitarra, chivo sobre su próximo espectáculo.
El mismo mensaje pero en otro medio. ¿Será que es mejor meterse en un mundo fantástico? ¿Qué beneficios tendrá para los artistas esto de involucrarse con personajes, evitando todo lo cruento que muchas veces tienen los periodistas? ¿Será una gira promocional light o de un nueva forma de comunicar -sin comunicar-? ¿Qué efecto tendrá en el público? ¿El concepto llegará como inducido, como subliminal, como inyectado por tratamiento ortomolecular? Preguntitas sobre el amor después del amor… al marketing.
Telefe.com
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