¿Por qué pensás que "Peligro, Sin Codificar" causa una especie de furor y fanatismo con las personas que ven el programa?
Creo que porque los personajes y cosas que hacemos son muy cotidianas y pegadas a la gente. No nos vamos a la otra orilla y hacemos cosas que no tienen que ver con lo argentino. Cuando arrancó en América se hizo de culto, después cuando pasamos a Telefe se masificó, y empezamos a captar otro público, como los chicos. Se abrió el espectro de audiencia. Además, es una banda de amigos que están haciendo un programa de televisión y nos divertimos mucho haciéndolo. Si la gente ve que nos divertimos haciéndolo, hace como un efecto contagio.
¿Cómo ves la respuesta en cuanto a las nuevas secciones agregadas?
Bien, estamos probando. Sin codificar fue una prueba continua de cosas, algunas que cerraron muchísimo y otras no tanto. Me parece que la gente recibe bien todo lo que uno va proponiendo en la pantalla.
¿Qué efecto surtió el cambio de horario?
Estamos más acostumbrados y nos sentimos más cómodos en el horario del mediodía, pero igualmente estamos felices de estar a la tarde. Cambia el público, cambian los rituales en las casas también, antes estaban almorzando y ahora están haciendo la sobremesa. Estamos preparados para ir en cualquier horario, nos estamos adaptando mucho.
¿Crees que le falta humor a la televisión argentina?
Faltarían algunos programas de humor, pero igualmente la programación del canal esta de alguna manera basada en el humor. Tanto los programas de espectáculos, como los magazines, y los noticieros, incorporan algo de humor. Ahora sí, el género de humor como programa, que fue un clásico argentino durante los 80 y los 90, se fue perdiendo. Nosotros tratamos de que todavía siga vivo. También está el programa de Capusotto, a quién le tenemos una admiración muy grande.
¿Cuándo salió al aire el primer programa de Peligro, sin codificar, pensaste que iba a llegar a lo que es hoy?
No, para nada. Al principio era un programa deportivo con algo de humor. Los partidos de futbol eran pasados por el codificado, por eso nos llamamos Sin Codificar. La idea era mostrar el partido desde otro punto, y no prosperó, entonces empezamos a agregar cada vez más humor, hasta que el humor le ganó al programa deportivo.
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