¿Qué expectativas tenés con el estreno de la segunda temporada de Masterchef?
Muchas expectativas. Así como el año pasado me sorprendí con el día domingo, compitiendo con Lanata, y con el fútbol, ésta vez el canal me vuelve a sorprender para bien con esta propuesta del miércoles a las 21hs. Me parece super importante y nos pone en un lugar donde obviamente tenemos que estar a la altura. El domingo nos fue super bien pero ibamos de punto, con lo cual, si no nos iba tan bien, le hacíamos fuerza a Lanata y a el fútbol. Ahora no es ‘hacerle fuerza a algo’, es pisar fuerte. Hay mucha expectativa, porque está buenísimo lo que estamos haciendo en esta segunda temporada, creo que la gente lo está esperando.
¿Qué es lo atractivo de conducir un reality?
Lo que es interesante, es la condición que hace reality a un programa: que los protagonistas sean gente común que se inscribió. Sea Gran Hermano, Talento Argentino, Operación Triunfo, Elegidos, Perdidos en la tribu o Masterchef, es gente que vio una convocatoria, le gusta el perfil de esa convocatoria, y se inscribe. Me parece interesante y un gran desafio poder manejar esos perfiles, con esas personalidades y esas historias. Ahí es donde me siento cómodo, me gusta y lo disfruto. Enseguida uno se identifica con los protagonistas, si un participante se parece a algun familiar, o un amigo. De ahí surgen los preferidos por el público, y eso le da condimento al show.
¿Qué cambia en este Masterchef, con respecto al anterior?
El premio aumentó un 40%, es decir, va a ser de $350.000, en vez de $250.000. Después, sigue estando vigente la beca, y la publicación del libro. Hay otro nivel de exigencia, porque los que vienen ya saben a qué vienen. El jurado se permite enojarse más, divertirse, tomarse las cosas con humor. Se empieza a ver el jurado con un papel más asentado en el show, y eso lo hace más rico en contenido.
El año anterior las redes sociales tuvieron un rol muy importante en cuanto a la interacción con el público. ¿Que opinás del rol que ocupan?
Creo que son dos universos distintos, a veces se tocan y coinciden, pero a veces no. Eso a la gente le cuesta entenderlo, no porque un programa sea trending topic quere decir que le vaya bien en el rating. Sin embargo, hay veces que en las redes sociales hay un tema que es furor, y también es furor en la tele. Es un indicador más, de un lugar en el que te está yendo bien. No compite, ni sirve para validar o dejar de validar la otra herramienta de medición, que es el rating.
¿Preferís competir con un reality, o con una novela, como compiten ahora?
El miércoles es un día de mucho encendido, y lo bueno de estar en ese día y horario es que la ‘torta’ que hay sea más grande, y por eso hay mas ‘porciones’ para repartir. Me encantaría que nos vaya bien a todos. Detrás de grandes proyectos como este, o como GH que también va a ir los miércoles, o como Esperanza mía, hay mucha gente trabajando.
¿Qué es lo atractivo de conducir un reality?
Lo que es interesante, es la condición que hace reality a un programa: que los protagonistas sean gente común que se inscribió. Sea Gran Hermano, Talento Argentino, Operación Triunfo, Elegidos, Perdidos en la tribu o Masterchef, es gente que vio una convocatoria, le gusta el perfil de esa convocatoria, y se inscribe. Me parece interesante y un gran desafio poder manejar esos perfiles, con esas personalidades y esas historias. Ahí es donde me siento cómodo, me gusta y lo disfruto. Enseguida uno se identifica con los protagonistas, si un participante se parece a algun familiar, o un amigo. De ahí surgen los preferidos por el público, y eso le da condimento al show.
¿Qué cambia en este Masterchef, con respecto al anterior?
El premio aumentó un 40%, es decir, va a ser de $350.000, en vez de $250.000. Después, sigue estando vigente la beca, y la publicación del libro. Hay otro nivel de exigencia, porque los que vienen ya saben a qué vienen. El jurado se permite enojarse más, divertirse, tomarse las cosas con humor. Se empieza a ver el jurado con un papel más asentado en el show, y eso lo hace más rico en contenido.
El año anterior las redes sociales tuvieron un rol muy importante en cuanto a la interacción con el público. ¿Que opinás del rol que ocupan?
Creo que son dos universos distintos, a veces se tocan y coinciden, pero a veces no. Eso a la gente le cuesta entenderlo, no porque un programa sea trending topic quere decir que le vaya bien en el rating. Sin embargo, hay veces que en las redes sociales hay un tema que es furor, y también es furor en la tele. Es un indicador más, de un lugar en el que te está yendo bien. No compite, ni sirve para validar o dejar de validar la otra herramienta de medición, que es el rating.
¿Preferís competir con un reality, o con una novela, como compiten ahora?
El miércoles es un día de mucho encendido, y lo bueno de estar en ese día y horario es que la ‘torta’ que hay sea más grande, y por eso hay mas ‘porciones’ para repartir. Me encantaría que nos vaya bien a todos. Detrás de grandes proyectos como este, o como GH que también va a ir los miércoles, o como Esperanza mía, hay mucha gente trabajando.
Cada programa es casi una PyME, hoy ningún programa se hace con dos personas, todos tienen un equipo técnico, un equipo de producción, post-producción, gente que sale a grabar. Hay un montón de gente involucrada en un proyecto, a mi me encanta que nos vaya bien, pero no quiero que le vaya mal a nadie. Está bueno que esté todo bien repartido, como creo que lo estuvo el año pasado. Además, un reality es una construcción piramidal, va creciendo siempre el relato. Si enganchás mucho público, después no te suelta.
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